Deshora explora la sexualidad
9 de febrero de 2013Filmada en la provincia de Salta, en el noroeste argentino, la película se sitúa en una plantación de tabaco, donde Ernesto y su esposa Helena llevan una cómoda vida provincial hasta que aparece Joaquín, primo de Helena, 25 años menor. Se desarrolla una relación triangular, pero entre Ernesto y Joaquín surge una inesperada atracción física que ambos rechazan. Hasta que el deseo no vivido los lleva por un camino sin fin. La película de Sarasola Day tuvo su estreno mundial en la Berlinale y habló con DW sobre ella.
DW: ¿Cómo te sientes de que tu película esté en la Berlinale?
Bárbara Sarasola- Day: Estoy muy feliz. Fue una sorpresa enorme. Sobre todo por tratarse de la primera película, uno fantasea con presentarla en uno de estos festivales tan importantes.
¿Cómo llegaste a la idea de Deshora?
Me interesaba construir una historia que estuviera atravesada por ciertos temas que a mi me interesan, como los límites de la intimidad, me parece que en la vida constantemente estamos en ese doble juego en torno a qué vamos a mostrar de nosotros y que no. Lo que es visible para el otro y lo que reservamos para nosotros como un “secreto”. En ese espacio habita una parte innombrable del deseo, los tabúes, la fantasía y el deseo sexual. Y la sexualidad es algo que me interesa, el sexo como forma de expresión de otras cosas. En la película hay bastantes escenas de sexo. Pero para mí funcionan para contar cosas más profundas de los personajes y no por exhibicionismo.
¿Cómo desarrollaste las escenas entre los hombres?
Lo que yo busqué mucho fue lo físico, la expresión del cuerpo. Traté de que los momentos más importantes de la película se narraran no discursivamente sino por el cuerpo, por el gesto. El universo masculino me despertó desde chica una fascinación enorme. Los ritos, las distancias y la relación física que tienen los hombres al hablar, la forma como se tocan, y eso está muy presente en América Latina; el abrazo, la palmada y la idea en realidad para construir la relación entre estos dos hombres era explorar si se trataba de una relación heterosexual o si pasaba a otra cosa.
Es algo totalmente sorprendente ese beso masculino en un momento en el que uno de ellos está herido.
Sí, es algo que se pasa de la raya. Yo quería que fuera sobre todo bien masculino. Que el personaje que es un poco machista, un macho, Ernesto, conservara esta cualidad en ese entorno.
Es el más joven el que besa al mayor pero luego éste le devuelve el beso.
Pero hay mucha violencia en ese beso. Refleja lo instintivo del deseo más físico y arcaico, cuando el cuerpo se anticipa al discurso.
Esa escena de cacería con la que termina la película es muy interpretable.
Uno plantea una historia y que cada espectador pueda pensar en la subtrama o lo que pudo haber sucedido ahí. Quería dejar ese espacio abierto, no quería dejar al personaje ensangrentado, o muriendo o agonizando o escapándose. Ese final tiene que ver con el personaje de Ernesto que no puede hablar, que tiene una incapacidad de pensar sobre sí mismo y sobre el otro. Para mi ese personaje es como ese tipo de personas que tienen ese pequeño reino. Ese dominio en donde ellos manejan todo pero sólo son grandes ahí. Cualquier otra cosa que los desencaje, provoca que actúen con temor. Por eso esa decisión tan drástica, planeada pero irracional.
¿La película se la dedicaste a tu madre?
Yo estuve muchísimo tiempo tratando de hacer esta película y uno a veces pierde la fe y ella nunca perdió la fe en mí. Fue la persona que más me apoyó en todo este proceso. En realidad esa fue una promesa porque justo cuando empezábamos la preproducción a mi mamá le encontraron cáncer y murió unas semanas antes del rodaje y me dijo que hiciera la película de todas formas, pase lo que pase.
¿Cuáles son tus planes ahora?
Descubrí que dirigir me encanta. Porque uno no sabe si le gusta hasta que lo hace. Tengo un guión que estoy empezando a escribir desde hace tiempo. Creo que la filmaría en Salta, en el noroeste de Argentina, de donde soy. A los salteños nos gusta filmar en Salta. Es un proyecto que tal vez se desarrolle en la frontera con Bolivia, a mi las fronteras me interesan mucho como espacio, como un limbo.
Autora: Eva Usi
Editora: Emilia Rojas