Ataque químico en Siria: dudas justificadas
6 de abril de 2017Más de 80 personas murieron en el ataque con gas letal en Jan Shijún. Eso es prácticamente lo único que está fuera de duda. En cuanto a la autoría, las acusaciones de medios occidentales se contraponen a las declaraciones de Damasco y Moscú, que niegan la responsabilidad de Assad en la tragedia.
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En cualquier película policial, cuando se investiga un crimen, los detectives se preguntan quién podría ganar algo con lo ocurrido. Günter Meyer, director del Centro de Investigaciones del Mundo Árabe, con sede en Maguncia, tiene en este caso una clara respuesta: "De semejante ataque congas letal solo pueden beneficiarse los grupos opositores armados.” En entrevista con DW explica que "están acorralados y, de facto, no tienen posibilidades de defenderse militarmente del régimen. Además, como lo muestran las últimas reacciones del presidente estadounidense, Donald Trump, tales acciones les permiten volver a recibir respaldo de los detractores de Assad”.
El periodista Seymor Hersch expuso ya en 2014, en una nota para el "London Review of Books”, que la oposición armada siria está en condiciones de llevar a cabo ataques con armas químicas. Hersh cita allí un documento del servicio secreto militar estadounidense DIA, del año 2013. De acuerdo con este, el Frente Al Nusra, ligado a Al Qaeda, disponía de gas sarín. En su artículo, Hersh intenta demostrar que el ataque con armas químicas contra Ghouta, en agosto de 2013, atribuido generalmente a Assad, fue en realidad obra de los rebeldes. Su objetivo: inducir a Estados Unidos a entrar en la guerra contra el régimen de Damasco.
El ataque de Ghouta
Michael Lüders, experto en el Medio Oriente, describe en su libro "Los que cosechan la tormenta”, cómo a fines de agosto de 2013 el director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos, James Clapper, evitó que Obama ordenara un ataque contra Siria. Lo convenció de la inocencia de Assad, presuntamente también mediante un análisis de las pruebas de sarín tomadas en Ghouta, realizado por un laboratorio de armas químicas del ejército británico. De acuerdo con el examen, el gas encontrado en Ghouta tenía otra composición que el de los arsenales del ejército sirio.
El ataque de Ghouha se produjo precisamente en momentos en que habían llegado a Siria inspectores de armas químicas de la ONU, a pedido de Assad, como subraya Meyer. Explica que el presidente sirio quería identificar, con ayuda de los inspectores de la ONU, a los responsables de un ataque con gas letal cometido en marzo de 2013 al norte de Alepo, en el que murieron también soldados del ejército sirio. "Es insensato esperar que el régimen realizara semejante ataque justo cuando había llegado esa comisión”, sentencia el experto de Maguncia.
También expresaron dudas al respecto el inspector de la ONU Richard Loyd y el profesor del MIT Theodore Postol. A comienzos de 2014 presentaron un informe, según el cual los proyectiles con gas letal que cayeron en Ghouta solo podían haber sido lanzados desde territorio rebelde, ya que su alcance máximo era de 2,5 kilómetros.
Las armas químicas del Frente Al Nusra
Cuando se produjo el ataque de Ghouta, Siria tenía aún cerca de 600 toneladas de elementos químicos para la fabricación de gas sarín y gas mostaza. En agosto de 2014, Estados Unidos anunció que se había completado la destrucción de las armas químicas sirias. Claro que en un territorio en guerra no se puede descartar que hayan quedado remanentes en algún lugar.
Nada se sabe en cambio qué ha ocurrido con las armas químicas que según el servicio secreto militar estadounidense DIA poseía el Frente Al Nusra. Günther Meyer indica que esta rama de Al Qaeda es hoy el grupo rebelde más importante en la provincia de Idlib. "El Frente Al Nusra –ahora con un nuevo nombre- se unión en Idlib con otros yihadistas y conforma allí el grupo islamista más poderoso”, afirma Meyer.
Sin duda, Assad no ha sido quisquilloso al elegir los medios para resguardar su poder. Pero por qué habría de echarse en contra a la opinión pública mundial justo en un momento en que esta comienza a resignarse a su permanencia en la presidencia siria, es una pregunta justificada. Habría que responderla de manera plausible antes de dejarse arrastrar a reacciones precipitadas.