Ataque a la libertad de prensa
31 de julio de 2015Saber que vivimos en una época de vigilancia universal es realmente incómodo. Sobre todo, desde el escándalo publicado por Edward Snowden. Además, es conocido que nadie escapa a esta vigilancia. Sobre todo, desde que sabemos que la Agencia de Seguridad Estadounidense (NSA) llegó a espiar incluso el móvil de la canciller Angela Merkel.
Todavía no se sabe a ciencia cierta cuánto sabía el Gobierno federal sobre este tema y si estas prácticas fueron toleradas o incluso secundadas. Solo la mera sospecha de que un Estado espíe a su propio pueblo en colaboración con una potencia extranjera ya es inadmisible y debería ser suficiente para exigir explicaciones. Sin embargo, el proceso de investigación de la fiscalía general de Harald Range no fue suficiente y terminó rápidamente.
Ahora aparecieron nuevas investigaciones y la fiscalía inició una causa contra dos periodistas del blog Netzpolitik.org. Esta plataforma de internet destapó en dos artículos planes de la Oficina Federal de Protección de la Constitución parae la ampliación de la vigilancia en internet . Para ello publicó extractos de documentos de los servicios secretos clasificados como confidenciales y la Oficina de Protección de la Constitución hizo la acusación.
Peligro para el Estado de derecho
Hablar de un escándalo en este escenario sería demasiado modesto. Si la agencia no tiene causa contra los que espían a inocentes ciudadanos, pero acusa contra los que quieren publicar este tipo de prácticas, no protege el Estado de derecho democrático sino que lo pone en peligro. Aparentemente, en el año 2015 aún es necesario decir explícitamente que la inviolabilidad de la esfera privada y la de la libertad de prensa son partes de ese Estado de derecho. Y si la Oficina Federal de Protección de la Constitución y la fiscalía actúan así contra los periodistas, es un ataque masivo contra la libertad de prensa.
Escándalo Spiegel 2.0
Además, el asunto tiene un sabor amargo por la calificación del delito como traición a la patria. El último proceso de este tipo fue hace 50 años con el conocido como “Asunto Spiegel”. La revista “Der Spiegel” publicó en otoño de 1962 un artículo crítico contra la política de armamento del entonces Gobierno federal. Entonces se iniciaron investigaciones contra varios periodistas por traición a la patria y algunos, incluido el editor Rudolf Augstein, fueron detenidos.
Mientras el Gobierno de Adenauer defendía la actuación de la justicia, la acción provocó numerosas protestas y manifestaciones. Al final, dos secretarios de Estado fueron despedidos y Franz Josef Strauss, entonces ministro de Defensa, tuvo que dimitir. Así se reforzó la idea de libertad de prensa. Ahora solo queda esperar que esta segunda versión del “Asunto Spiegel” tenga un final similar.