Aprender historia en Auschwitz, y entender el Holocausto
5 de febrero de 2008Como programa piloto la idea se inició en 2006. De cada una de las escuelas de educación secundaria de Inglaterra son elegidos dos alumnos para viajar a Polonia. El destino es Auschwitz, uno de los campos de exterminio más terribles del nazismo. El objetivo: que el genocidio cometido durante la II Guerra Mundial no caiga en el olvido.
Este año, el modelo de aprendizaje dejará de ser un proyecto para convertirse en un método permanente. Hasta 2011, anuncia el ministro de educación, Jim Knight, el Gobierno británico financiará estos desplazamientos con dos millones de euros anuales y deja abierta la posibilidad de aumentar los fondos con posterioridad a esa fecha.
A su regreso de Auschwitz, los jóvenes han de relatar a sus compañeros lo visto y lo vivido. Los historiadores calculan que, entre 1940 y 1945, más de un millón de personas murieron en este campo de concentración, bien por inhalación de “Zyklon B” en las cámaras de gas, bien por inanición, enfermedad o agotamiento. Las víctimas eran judíos, gitanos, homosexuales, discapacitados y negros.
Comprender las cosas
“El Holocausto ha sido uno de los eventos con más repercusión de la Historia”, declaraba Knight al diario The Times. “No fue una brutalidad ciega, sino un plan meticuloso en el que unos diseñaban los asesinatos y otros los cometían. Todo joven debería comprender estas cosas.”
Los chicos de 16 a 18 años que visiten Auschwitz tendrán la oportunidad de que sea un superviviente quien, de primera mano, les explique “esas cosas”. Podrán caminar entre las barracas, entrar en las cámaras de gas y ver las montañas de pelos, zapatos, ropa y otros utensilios que acumularon los nazis y un día pertenecieron a quienes pasaron por aquel martirio.
El desafío de los jóvenes alemanes
Sensibilizar a las nuevas generaciones sobre la tragedia del Holocausto en un momento en el que los testigos del horror empiezan a desaparecer supone, no sólo en Gran Bretaña sino en toda Europa, un verdadero desafío. Pero en ningún lugar resulta tan problemático como en Alemania.
Aquí, la visita a campos de concentración forma ya parte habitual de las clases de Historia y, sin embargo, estudios recientes demuestran que los alemanes nacidos tras la reunificación del país en 1990 saben relativamente poco sobre el Holocausto. Los chicos reconocen a Hitler, pero sólo uno de cada tres es capaz de definir “Holocausto” y menos de uno de cada diez identifica al ministro de Propaganda nazi, Joseph Goebbels.
Los expertos dicen que una de las principales dificultades radica en narrar a los jóvenes alemanes lo acontecido en el siglo XX evitando transmitirles un sentimiento de culpa por el oscuro pasado de su país. “El desinterés por la Historia de los estudiantes de hoy refleja en gran parte la necesidad psicológica que sienten muchos jóvenes de poder identificarse positivamente con Alemania”, comenta a DW-WORLD Henning Küppers, profesor de Historia en una escuela secundaria de Stuttgart.
Un cómic sobre el Holocausto
Los esfuerzos se centran ahora en buscar nuevas vías para enseñar Historia. Nuevas vías que huyan del moralismo excesivo que agotar a los estudiantes. El Centro Anne Frank, con sede en Berlín, ha anunciado que piensa introducir en las escuelas de algunos Länder alemanes un cómic en el que se cuentan los principales eventos del nazismo de un modo más accesible para los jóvenes.
Y también los campos de concentración, hoy convertidos en museos, se actualizan para acoger al nuevo público. Hace cuatro años, el campo-monumento de Sachsenhausen, en el Estado de Brandemburgo, configuró un CD-ROM en el que se retrataba a 20 antiguos prisioneros y se contaban sus vidas antes, durante y tras el confinamiento.
“Conocer la biografía de estas personas es el modo más efectivo de lograr que los alumnos entiendan lo que realmente sucedió durante el Holocausto”, comenta a DW-WORLD Horst Seferens, portavoz de Sachsenhausen. “Y los chicos se quedan impresionados”.