Alemania y su política exterior en 2014
31 de diciembre de 2014El 17 de diciembre de 2013, el nuevo gobierno de coalición alemán comenzó con su trabajo. Unas semanas más tarde se sentó claramente un nuevo rumbo en la política exterior. El ministro de Relaciones Exteriores, Frank-Walter Steinmeier (SPD), que ya había ocupado este cargo entre 2005 y 2009, exigió una mayor participación en la política internacional. Alemania es "demasiado grande para solo comentar la política mundial", dijo. Aunque las operaciones militares son solo un último recurso, el pensamiento político no debe olvidarse de ellas completamente, añadió.
Aun más clara fue la ministra de Defensa, Ursula von der Leyen. Ella abogó por una mayor participación de las fuerzas militares alemanas en operaciones en el extranjero y ofreció apoyo a los franceses en Mali y en la República Centroafricana. Más adelante también sugirió operaciones militares al lado de Francia en el este de Ucrania y la formación de soldados en Irak. En la Conferencia de Seguridad de Múnich a finales de enero, el presidente alemán, Joachim Gauck, hizo un llamado por una política exterior con mayores compromisos. Las decisiones alemanas en esta materia deben ser "más puntuales y sustanciales", dijo Gauck, quien recibió una gran cantidad de críticas, pero también muchos elogios. Algunos lo acusaron de un intento por impulsar la militarización de la política exterior alemana. Otros aplaudieron su apelación porque Alemania enfrente su gran responsabilidad en materia de política global.
El gobierno alemán jugó un papel clave en muchos escenarios internacionales durante el 2014. La canciller y el ministro de Relaciones Exteriores fueron importantes interlocutores en muchas capitales del mundo. Las decisiones que se tomaron en Berlín fueron relevantes para la política internacional.
Consecuencias en las elecciones europeas
Por ejemplo, en el debate sobre el nuevo Presidente de la Comisión Europea. En las elecciones europeas de mayo, el Partido Popular Europeo fue ganador con su principal candidato Jean-Claude Juncker. Para la mayoría de los observadores estaba claro que por lo tanto también había ganado el derecho a dirigir la oficina principal en Bruselas. Pero la canciller alemana, Angela Merkel, intervino con su peso en Europa para evitar este automatismo. Insistió en el derecho de nombrar a los líderes para este puesto. Solo bajo la presión masiva de sus socios en la coalición y de los medios de comunicación, dejó de lado su resistencia y apoyó a Juncker. Este fue elegido el 15 de julio por una clara mayoría de los diputados del Parlamento Europeo en la primera ronda. Pero esto no eliminó la crisis en la UE.
Gran Bretaña, que junto con Hungría había votado en contra de Juncker, ahora está considerablemente aislada y considera la posibilidad de retirarse de la Unión Europea. El propio Juncker se encuentra en el fuego cruzado de la crítica debido a sus decisiones políticas en materia de economía en su anterior papel como primer ministro y ministro de Finanzas de Luxemburgo. Además, la política de la UE tampoco ha contribuido a que la situación en Ucrania se estabilice.
¿Nueva guerra en Europa?
Para la política exterior alemana la crisis en y alrededor de Ucrania fue un tema central el año pasado. Tanto Merkel como Steinmeier intentaron una y otra vez calmar la situación, sin éxito. Las relaciones con Moscú se deterioraron a pesar de las numerosas llamadas telefónicas entre Merkel y Putin y las incursiones diplomáticas de Steinmeier. En noviembre, un diplomático alemán fue expulsado de la capital rusa, luego de que se le pidiera a un diplomático ruso en Berlín que saliera de Alemania por sus actividades de espionaje.
En Alemania hubo un controvertido debate sobre la política del país hacia Rusia. El gobierno y los medios de comunicación fueron acusados de tomar partido en favor de Ucrania y de mostrar resentimientos antirusos. Pero también se le acusó al gobierno de tener una actitud pasiva y llevar una política de "apaciguamiento" frente a Moscú. El ministro de Relaciones Exteriores Steinmeier se defendió de las acusaciones: "No queremos la guerra fría ni la guerra caliente, pero queremos preservar la paz en Europa", dijo ante el Parlamento alemán. Anunció que continuará luchando por un entendimiento con Rusia. Para finalmente resolver el bloqueo en el Consejo de Seguridad, es necesaria una solución al conflicto en Ucrania, afirmó Steinmeier.
Problemas crecientes en Medio Oriente
Otro problema importante para el Consejo de Seguridad durante el 2014 fue el conflicto en Oriente Medio que prácticamente se salió de control. El grupo terrorista "Estado Islámico" se expandió por Siria e Irak asesinando y robando y propagando así el miedo y el terror. En julio, combatientes del EI atacaron a la minoría religiosa de los yazidíes en el norte de Irak, matando a cientos de hombres y secuestrando a mujeres y niñas que luego utilizan como esclavas. Aproximadamente 200.000 personas han huido de esta milicia terrorista. En Alemania, el avance del EI provocó compasión y preocupación.
Los desesperados gritos de ayuda de los kurdos en Kobane, la ciudad sitiada en la frontera con Turquía, hizo que el gobierno alemán recurriera a una medida inusual: suministrar armas a los combatientes peshmergas en el norte de Irak en contra de los terroristas. "El Estado Islámico es una amenaza para Alemania", dijo la canciller alemana, Angela Merkel, en un comunicado a principios de septiembre. Un Irak inestable también podría poner en peligro la seguridad de Alemania. La mayoría de los diputados aprobaron esta medida. Solo los grupos de Los Verdes y de La Izquierda se declararon en contra del envío de armas a los kurdos.
Demasiado tarde, demasiado poco: la lucha contra el Ébola
A menudo se ha criticado al gobierno alemán por el manejo de otra gran crisis del año pasado: el Ébola. Organizaciones de ayuda y medios de comunicación acusaron a los políticos en Berlín de una reacción aletargada en el combate de la mortal epidemia. Hace un año, el virus apareció en Guinea y se extendió rápidamente a los países vecinos de Sierra Leona y Liberia. En Alemania, sin embargo, no hubo, inicialmente, ninguna reacción. Berlín incluso se hizo de oídos sordos ante los gritos de ayuda de la organización Médicos sin Fronteras.
En septiembre, el presidente de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf, dirigió una petición de ayuda a la canciller alemana: "Sin la ayuda más directa de su gobierno, vamos a perder esta batalla contra el Ébola". Algunas semanas después, Steinmeier finalmente nombró al diplomático, Walter Lindner, como enviado especial en la lucha contra el Ébola. Aunque Lindner viajó de inmediato a la zona de desastre, admitió que Alemania había reaccionado demasiado tarde a la dramática situación que se vive en África ante el brote de la epidemia.
Conclusión
El año 2014 fue un año de crisis políticas globales que pusieron a prueba la reorientación de la política exterior alemana. La diplomacia alemana, aunque presente en casi todas de ellas, tuvo poco éxito en la solución de los conflictos.
La voluntad alemana de incrementar su participación militar a nivel internacional, también pusieron en evidencia las deficiencias en las estructuras y el equipamiento que tiene la Bundeswehr. Por otro lado, Alemania goza de una muy buena reputación en todo el mundo. La canciller y el ministro de Relaciones Exteriores son importantes interlocutores a nivel internacional y el país, como poderosa fuerza económica y política, tiene grandes responsabilidades de las cuales no puede ni quiere escapar.
Para reconsiderar la política exterior alemana y, en su caso, reajustarla, Steinmeier puso en marcha el plan "Revisión 2014". Por medio de Internet y en eventos públicos con políticos, científicos y la sociedad civil, se abordó la siguiente cuestión: "¿Qué está mal en la política exterior alemana?". Ello contribuyó a muchas discusiones polémicas y a la recopilación de sugerencias. Así, todos los niveles de la sociedad pueden contribuir a la reformulación de la política exterior alemana.