Alemania: se busca seguridad contra el terrorismo
6 de septiembre de 2007Alemania se levantó hoy con la resaca del día de ayer. Los agentes de la Oficina Federal para la Investigación Criminal buscan al resto de los miembros de la célula terrorista que no pudieron ser detenidos en el primer asalto policial. Sin pausa, pero sin prisa. El grupo se da por desintegrado, y los hombres que faltan, unos diez, no representan gran peligro, aseguró un portavoz de la Fiscalía General del Estado.
Entre los perseguidos se encuentran principalmente quienes apoyaron logística, financiera o ideológicamente a los tres terroristas ya en manos de la Justicia. Como éstos últimos, también los primeros son de nacionalidad alemana, turca y otras que no han sido especificadas. Dos se están en el extranjero, y sobre todos ellos se espera saber más cuando la policía termine de analizar el material incautado en los 41 registros del día de ayer.
Poco a poco, los detalles de esta gigantesca operación policial, que ha durado más de seis meses, ocupado a 300 agentes y que es la mayor llevada a cabo en Alemania desde el fin de la II Guerra Mundial, empiezan a pasar a un segundo plano. Del centro de atención se retiran los heroicos policías para dejar paso a los políticos y sus planes.
Caballos de Troya en la era del Internet
Los chinos les enseñaron a los alemanes cómo se hace. La jerga hacker los llama “troyanos”: unos archivos aparentemente inofensivos que, una vez abiertos, otorgan a quien se camufla con ellos libre acceso al disco duro. Así se espiaba desde China a los ministerios alemanes, destapó hace una semana la revista Spiegel. Y así quiere el ministro del Interior germano, Wolfgang Schäuble, mantener bajo control a los sospechosos de terrorismo.
La discusión lleva por título “registros online” y no es en absoluto nueva. Desde hace meses se debate Alemania entre el miedo a los atentados, que las encuestas extienden tras las noticias de ayer a un 76% de los ciudadanos, y el respeto a la Constitución y a las libertades individuales.
“Internet es el medio fundamental del terrorismo internacional”, opina el secretario del interior, August Hanning. Pese a que esta apreciación no se pone en tela de juicio, muchos se preguntan por la efectividad real de los planes de Schäuble. Hoy por hoy, la Ley permite a los agentes leer el correo electrónico de presuntos terroristas y vigilar sus casas. También es posible obtener autorización para escuchar conversaciones telefónicas de sospechosos, lo que en 2006 se hizo en 41.000 ocasiones.
Sin embargo, el conservador Schäuble ve hoy sus “registros online” más justificados que nunca, aunque asegura que sólo en casos excepcionales y con el visto bueno de un tribunal. Su colega en el Ministerio de Justicia, la socialdemócrata Brigitte Zypries, tiene sus objeciones. Mientras, los expertos piden tranquilidad y advierten del peligro que suponen las decisiones tomadas al calor del pánico.
Pakistán, Uzbekistán, la Yihad Islámica y los peligros del converso. ¡Siga leyendo!
Pakistán y los campos de entrenamiento
“Aquí no hay campos de entrenamiento terrorista. Ni de Al Qaeda ni de nadie”, cuenta la agencia de noticias DPA que se empeña por hacer entender Tasmin Islam, portavoz del Ministerio del Exterior pakistaní, a quienes llaman a su oficina para preguntar por la formación de terroristas en el país asiático. Y, sin embargo, a los servicios secretos no les queda la menor duda de que de Pakistán quien quiere sale sabiendo cómo preparar un atentado.
A las autoridades pakistaníes les resulta imposible controlar el flujo de aprendices de milicianos que se cuela por las montañas de Waziristán. El poder de Islamabad no llega hasta las regiones fronterizas, controladas por grupos étnicos, que se han convertido en refugio para combatientes chechenos, tayikos y de otras nacionalidades. Otros muchos son islamistas afganos que recibieron instrucción militar de Estados Unidos y del mismo Pakistán en los años 80 para luchar contra los soviéticos.
También Fritz G., Daniel S. y Adem Y., los tres detenidos ayer por la policía alemana, aprendieron a montar bombas en Pakistán. Schäuble y la Unión Democratacristiana quieren convertir las estancias en estos campamentos de difusión del saber terrorista en ilegales. Para eso hay que modificar la Ley, lo que según la ministra de Justicia no es tan sencillo como pudiera parecer.
Uzbekistán y la Unión para la Yihad Islámica
Uzbekistán es un país en el que reina la pobreza, la corrupción y el descontento, pero no el extremismo religioso. El pañuelo con el que sus mujeres se cubren la cabeza es colorido, el velo no se utiliza y, como en las restantes repúblicas ex soviéticas de Asia central, la prohibición musulmana de beber alcohol nunca pudo imponerse.
En los años 90, el Movimiento Islámico de Uzbekistán luchó por unificar la región asiática bajo un Estado religioso único. La Unión para la Yihad Islámica es una rama que sobrevivió a la desintegración del Movimiento y cuyo campo de batalla se desarrolla principalmente en la Red. Su apoyo sobre el terreno y en Uzbekistán es mínimo, pero su propaganda vía Internet llegó hasta Alemania, no sólo para convencer a árabes de nacimiento musulmanes, sino también a alemanes convertidos al islam, como Fritz G. y Daniel S.
“Uno piensa que quien crece aquí y disfruta de las ventajas de nuestra sociedad se vuelve inmune, pero algunos son permeables al radicalismo", declaró Schäuble al diario sensacionalista Bild. Los convertidos, aunque el ministro puntualizó que sólo los radicales, “son personas peligrosas con un enrome potencial criminal”. Sus palabras han levantado un gran revuelo.