Alemania: la diversidad es clave para el éxito empresarial
3 de marzo de 2021No es ninguna novedad que la diversidad es buena para las empresas. "Alemania es un país diverso en general, y gran parte de nuestros resultados se derivan de esta diversidad", afirmó la canciller alemana, Angela Merkel. "Debemos verlo como una oportunidad para explotar su potencial", agregó.
Los potenciales parecen abundar. Las empresas con una alta diversidad de género tienen un 25 por ciento más de probabilidades de tener una rentabilidad superior a la media. Esta es la conclusión de un estudio realizado en 2020 por la consultora de gestión McKinsey. Si el directorio de una empresa también es étnicamente diverso, la empresa tiene incluso un 36 por ciento más de probabilidades de ser más rentable que el promedio. Para este estudio se analizaron los datos de más de 1.000 empresas de 15 países.
En el futuro, es probable que sea aún más importante para las empresas posicionarse de una manera diversa, desde ya debido a la evolución demográfica. En 2060, solo 65 millones de personas vivirán en Alemania, suponiendo que 100.000 personas inmigren cada año. Y en solo 25 años, alrededor de un tercio de la población tendrá 65 años o más, según las previsiones de la Oficina Federal de Estadística.
Thomas domina
Sin embargo, la sociedad está cambiando muy lentamente. Hace más de tres años, la Fundación Allbright investigó la situación de la cúpula de las 30 mayores empresas de Alemania, incluidas en el índice bursátil alemán (DAX). El resultado: Thomas domina. En marzo de 2017, el 93% de los puestos superiores estaban ocupados por hombres, muy similares en edad, formación y educación. Incluso el 5% de los directores generales se llamaban Thomas, y había más miembros de los consejos de administración que se llamaban Thomas o Michael (49) que mujeres en general (46).
Sin embargo, las empresas alemanas ya se habían comprometido en 2001 a aspirar a una mayor proporción de mujeres en puestos directivos.
¿Y hoy en día? En la actualidad, ni siquiera el 12 por ciento de los 681 miembros de los consejos de administración de las empresas grandes, medianas y pequeñas registradas en la bolsa son mujeres, según un estudio de la consultora EY de principios de este año. Se espera que en mayo una mujer se convierta por primera vez en la única directora general de una empresa del DAX.
El argumento de que no hay suficientes mujeres que puedan desempeñar esas funciones de liderazgo ya no se sostiene, explica a DW Ana-Christina Grohnert, de la Carta de la Diversidad, una asociación bajo el patrocinio de la canciller alemana.
La cuestión de la diversidad es más amplia y va mucho más allá de la igualdad de derechos para las mujeres. También se trata de no discriminar a las personas, por ejemplo, por sus capacidades físicas y mentales, su edad, el color de su piel, su sexualidad, su religión, su origen social y étnico o su nacionalidad.
¿Solo promesas?
El hecho de que la diversidad debe ser promovida parece estar entrando lentamente en la conciencia de la comunidad empresarial. Unas 3.800 organizaciones, con un total de unos 14 millones de empleados, han firmado ya la "Carta para la Diversidad". Entre ellas se encuentran 25 de las 30 empresas que cotizan en el DAX, pero también empresas más pequeñas y autoridades públicas. “La Carta de la Diversidad” fue lanzada originalmente por cuatro empresas en 2006. La asociación sin fines de lucro del mismo nombre existe desde 2010.
Eso parece un amplio consenso. Sin embargo, en general, dos tercios de las empresas aún no han implementado ninguna medida en la gestión de la diversidad en 2020, y solo el 19 por ciento está planificando medidas concretas para el futuro, según un estudio de la asociación Carta de la Diversidad.
La mesa y el pastel
Una mayor diversidad también puede crear conflictos, afirma el sociólogo Aladin El-Mafaalani, profesor de la Universidad de Osnabrück. Mientras que hace unas décadas nuestra sociedad era como una sala con una mesa en la que se sentaban unos pocos hombres blancos y de edad avanzada, entretanto los antes desfavorecidos se están incorporando cada vez más: mujeres, personas con discapacidad, no heterosexuales, personas de origen inmigrante y no cristiano.
Sin embargo, todos estos nuevos grupos no solo quieren un trozo del pastel, sino que también pueden cuestionar los modales en la mesa y si el pastel es el adecuado. "Las personas que están bien integradas y sentadas a la mesa exigen una participación igualitaria", dijo El-Mafaalani en un artículo para la Agencia Federal de Educación Cívica. Por lo tanto, la mayor diversidad podría conducir también a un conflicto. Sin embargo, dijo, el conflicto no es necesariamente algo negativo.
"La diversidad no crea armonía, sino que requiere energía", afirma también Julia Sperling, de la consultora McKinsey. "Está claro que es más fácil tomar decisiones en un grupo homogéneo en el que todos están de acuerdo. Pero nuestro estudio lo demuestra claramente: vale la pena el esfuerzo".
(er/ct)