Alemania exige a Benedicto XVI que aclare posición del Vaticano
3 de febrero de 2009Lejos parece aquel día de abril de 2005, cuando toda Alemania gritaba al unísono "wir sind Papst". El sentimiento unánime de los católicos alemanes al ser ungido Jospeh Ratzinger Papa da paso por estos días al desánimo y sorpresa. Tal es el desconcierto que hasta la canciller alemana, Angela Merkel, ha demandado a Benedicto XVI que aclare la posición del Vaticano en torno a la reciente revocación de la excomunión de cuatro obispos tradicionalistas de la fraternidad sacerdotal San Pío X, específicamente la del británico Richard Williamson, declarado negacionista del Holocausto judío durante el nazismo.
Esta decisión no sólo ha hecho que la imagen del Papa se deteriore entre la comunidad católica. Por ser Benedicto XVI alemán, implica un duro golpe para la imagen del país responsable históricamente del asesinato de cerca de 6 millones de judíos durante la dictadura nacionalsocialista de Adolfo Hitler.
Negar el Holocausto es en Alemania un delito penado por ley. Richard Williamson afirmó en una entrevista a la televisión sueca que en los campos de concentración alemanes no murieron seis millones de judíos sino entre 200.000 y 300.000, además de negar la existencia de cámaras de gas en los campos de concentración.
En pocas ocasiones el gobierno alemán interfiere en asuntos de tipo religioso, pero ante el cariz que está tomando el debate público, Merkel ha hecho una demanda contundente: "Se trata de que el Papa y el Vaticano aclaren cabalmente que no puede haber una negación del Holocausto".
La decisión del levantamiento de la excomunión de los religiosos ultraortodoxos además de generar duras críticas entre los católicos moderados de todo el mundo y de la comunidad judía ha llevado al Rabinato de Israel a romper relaciones con el Vaticano.
Ya antes que la canciller, otros políticos germanos esgrimieron sus reparos. El político Volker Beck, del partido ecologista Los Verdes, demandó que Benedicto XVI corrija su error lo antes posible. También Dirk Nieble, secretario general del Partido Liberal FDP, exhortó al Vaticano a buscar una solución convincente y a distanciarse de la negación del Holocausto.
Tambaleante infalibilidad
La pregunta que se hacen muchos es si la decisión fue un error de apreciación del Papa o si fue una decisión deliberada. Puesto que Jospeh Ratzinger goza desde siempre de la fama de ser un hombre de gran inteligencia y cultura, muchos no se explican cómo pudo haber dado este paso.
Las explicaciones esgrimidas hasta ahora por el Vaticano a la decisión papal son más que nebulosas. Angela Merkel ha calificado las frases conciliadoras de "insuficientes".
Un poco tarde comienzan a llegar los esfuerzos de explicación por parte del Vaticano.
De parte oficial el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, replicó a la demanda de Merkel, que la postura del papa con respecto al genocidio de 6 millones de judíos por parte de los nazis "no podría ser más clara", refiriéndose a las declaraciones del líder de la Iglesia romano católica sobre el Holocausto durante su visita a la sinagoga de Colonia en 2005, así como al campo de concentración de Auschwitz en el 2006 y la audiencia general de la semana pasada. Con la acusación de que Merkel se ha puesto del lado de los críticos del Papa con su demanda, acaba la escueta explicación de Lombardi.
Más conciliadoras resultan las declaraciones del cardenal encargado de las relaciones con los judíos quien reconoció que el Vaticano manejó muy mal la rehabilitación de Williamson. Walter Kasper se quejó de que Benedicto XVI no lo consultara en este asunto. En declaraciones al programa en alemán de Radio Vaticano indicó que "ciertamente se han cometido errores en la dirección de la curia". También Eberhard von Gemmingen, jefe del servicio en alemán de Radio Vaticano, admitió que "hay defectos en la organización y comunicaciones del Vaticano".
Esto coincide con lo que piensan otros expertos, como por ejemplo el biógrafo del Papa, Peter Seewald, quien habla de "falta de profesionalismo" en el Vaticano y asegura que "es absolutamente inimaginable que el Papa haya tenido conocimiento de las opiniones de Williamson".
También Klaus -Rüdiger Mai, otro biógrafo papal, cree que a Ratzinger le han escatimado informaciones y que en el Vaticano existe una gran desorganización.
Algunos teólogos alemanes creen que el error radica en que el Papa tiene un estilo autocrático y no se deja asesorar. Hans Peter Heinz, profesor de teología en Baviera, el estado natal de Ratzinger, explica así este "accidente".
¿Cómo controlar la crisis?
Gerhard Feige, obispo de Magedburgo, indica que la decisión ha puesto en peligro la credibilidad de la Iglesia además de perturbar el "sensible diálogo entre judíos y cristianos".
El Arzobispo de Osnabrück, Franz Josef Bode, quien constata que en su comunidad las reacciones van desde la irritación hasta el sobresalto, subraya que ningún negacionista del Holocausto tiene cabida en la Iglesia católica.
El cardenal de Maguncia, Karl Lehman, hasta hace un año presidente de la Conferencia Episcopal alemana, exigió una disculpa del Vaticano y calificó la decisión de "catástrofe.
Aún cuando la decisión del Papa se base en un mal asesoramiento, hará falta mucho más que el reconocimiento de errores por parte del Vaticano para restarle intensidad a esta crisis.