Polémica estrategia papal
30 de enero de 2009De Volkskrant, de Holanda: “El Papa Benedicto XVI condicionó el levantamiento de la excomunión a que el obispo reconozca el Concilio Vaticano II. Sobre el antisemitismo de Williamson no dijo una palabra. Eso hace pensar que se debe diferenciar entre sus opiniones ‘eclesiásticas' y las ‘personales'. La pregunta es qué precio está dispuesto a pagar Benedicto XVI por el restablecimiento de la unidad de la Iglesia. Para reparar el daño, ha subrayado su irrestricta solidaridad con los judíos. No hay motivo alguno para poner en duda su sinceridad, pero sus palabras habrían sonado más convincentes si no hubieran sido precedidas por el gesto de honrar a un antisemita confeso”.
Alto precio
Der Standard, de Viena: “Esta locura tiene método. El Papa Benedicto XVI consigue irritar a otras confesiones con una regularidad que entretanto se ha vuelto usual. Pero, dado que con el teólogo Joseph Ratzinger ocupa el trono de Pedro uno de los cerebros más inteligentes de la Iglesia, una cosa parece clara: ninguna de las decisiones es casualidad o designio divino, sino que son producto de la voluntad papal. Bajo la presión de la fuerte presencia de culturas y religiones extranjeras en Europa, a todas luces la intención es diferenciarse con mayor claridad de los ‘competidores', para poner de relieve con más vigor la propia identidad. El precio es alto: el ecumenismo. Interesante parece algo que casi se ha olvidado en medio de la discusión sobre las penosas declaraciones de Williamson y es que la readmisión de los obispos lefebvristas ha desencadenado una era del hielo con el Judaísmo, pero ha encontrado oídos sordos en el interior de la Iglesia Católica.”
Falta de tacto
Stuttgarter Zeitung, de Stuttgart: “El hecho de que Roma intentara calmar los ánimos diciendo que las mentiras sobre el Holocausto no tienen nada que ver con la decisión interna de la Iglesia es una falta de tacto político, ofende a las víctimas y engaña a todos los creyentes que ven a la Iglesia como un guardián de la verdad. Pero también en este aspecto se recapacita, al afirmarse que el obispo debe retractarse de sus dichos. Por abstruso que pueda parecer y pese al daño que le ha ocasionado a la imagen del Papa, la rehabilitación de Williamson también tiene algo bueno. Ha arrojado una luz tan brillante sobre la estrategia de Benedicto que ahora también una amplia capa de la opinión pública se ocupa del tema”.
¿Generosidad con la teología de la liberación?
Südwest Presse, de Ulm: “Lo que motiva al Papa Benedicto XVI es la unidad de su Iglesia. Con una generosidad nunca vista, tiende la mano a aquellos que niegan los logros del Concilio Vaticano II. La aceptación del Concilio por parte de la hermandad Pío X no se va a producir. Eso contravendría su esencia. Los ultraconservadores apuestan abiertamente por un cambio de actitud de aquellos que consideran “neo-modernistas” en Roma y, en consecuencia, por una reorientación de la Iglesia hacia la derecha. Ya sería suficientemente grave que Benedicto XVI no lo hubiera sopesado. Peor sería que lo hubiera visto, pero hubiera cerrado los ojos. Con ello irrita a más de mil millones de cristianos católicos. Ellos esperan igual generosidad cuando se trata, por ejemplo, de la unidad con los teólogos de la liberación o con las iglesias evangélicas”.