Alemania quiere por fin vencer a Argelia
29 de junio de 2014Argelia podrá ser considerado uno de los equipos “chicos” del fútbol internacional, pero no por ello deja de exhibir un impresionante balance a favor contra el “gigante” que enfrentará en los octavos de final del Mundial de Brasil. Alemania ha jugado contra la nación del norte de África en dos ocasiones y en ambas ha perdido encajando cada vez dos goles en contra.
Argelia quiere revancha
En el primer partido contra los argelinos, un amistoso en el año 1964, los alemanes cayeron derrotados por 2-0. Casi dos décadas más tarde, en el primer enfrentamiento oficial y competitivo de las dos naciones, los africanos sorprendieron al rival europeo propinándole un 2-1 en la apertura del grupo 2 del Mundial de 1982 en España. Ahora, 32 años después, Argelia y Alemania se vuelven a ver las caras, esta vez en continente sudamericano, con el ánimo de saldar las cuentas pendientes.
Y es que mientras los alemanes desean por fin darle la vuelta a la historia y doblegar a la única selección que siempre los ha vencido, los argelinos estarían muy satisfechos eliminando al prestigioso equipo europeo, no solo porque ello significaría su paso a los cuartos de final en Brasil, sino porque de esta forma vengarían la injusticia deportiva de la que fueron víctimas en 1982.
En aquel entonces, en España, Alemania y Austria la dejaron fuera del Mundial tras haber protagonizado el vergonzoso episodio del “pacto de no agresión” de Gijón mediante el cual ambos países pasaron a la siguiente fase tras obtener el resultado que mutuamente les convenía.
Los alemanes no se distraen
Sabiendo que en Brasil son de todas formas los favoritos al triunfo y a alcanzar la siguiente fase del Mundial, los alemanes se tomarán con precaución el partido contra Argelia. “El que crea que en octavos de final a uno le puede tocar un rival fácil y, por ello, se ocupe más de lo que vendrá, que de lo que tiene al frente, está cometiendo un grave error. Estos partidos tienen una magia y una tensión especial; nosotros nos jugamos mucho y nuestra principal prioridad hoy es conservar la concentración y no perder de vista la meta”, comentó el seleccionador Joachim Löw.
Los alemanes ya saben definitivamente que en esta ocasión, por culpa de un golpe en el muslo derecho, no podrán contar con Lukas Podolski, una de sus más efectivas armas en el ataque. La mala noticia viene matizada por una buena: el defensor Jerome Boateng está recuperado y podrá seguir siendo pieza clave del equipo titular.
La única incertidumbre en la formación que Löw presentará para el primer partido de eliminación directa en Brasil 2014 es el nombre del compañero del capitán Philipp Lahm en el mediocampo defensivo. Contra Estados Unidos Bastian Schweinsteiger ocupó la posición reemplazando allí a Sami Khedira, cuyo rendimiento contra Ghana no fue el mejor.
¿Madurez o intensidad?
El seleccionador alemán aún no ha comunicado con cuál de los jugadores enfrentará a Argelia, pero Sami Khedira ha dejado claro que él aspira a ser titular. “Contra Estados Unidos nuestro juego fue demasiado lento, y el equipo que desee ganar el evento tiene que practicar un fútbol más veloz ocupando los espacios aledaños al área contraria”, dijo el futbolista al servicio del Real Madrid.
Sus palabras, que han sido interpretadas como una crítica velada a su compañero Schweinsteiger, son en realidad una muy buena descripción de lo que ha ofrecido Alemania en el Mundial de Brasil. Con Philipp Lahm como eje principal del mediocampo los alemanes ganan en control y seguridad, pero con ello sacrifican la velocidad en la transición ofensiva.
Del compañero del capitán alemán depende la velocidad a la que marche el equipo. Y es que la selección de Joachim Löw, que en el Mundial de Sudáfrica 2010 tanto sorprendió y agradó con sus ataques relámpago tan pronto recuperaba el balón, ha subordinado este recurso para favorecer un estilo más moderado al que sus críticos consideran “burocrático” y sus simpatizantes califican de “maduro”.
Contra Argelia, el rival al que nunca le ha ganado, Alemania se juega su permanencia en el Mundial bajo la imperiosa necesidad de finalmente revelar si la madurez del equipo demanda menos intensidad y una mejor administración de los partidos, para convencer a la afición que de esa manera se puede dar otro paso firme rumbo al título.