Acuerdo en Daimler: flexibilidad ante todo

El programa acordado para rebajar el costo del trabajo tendrá un carácter modélico para Alemania, según el jefe de DaimlerChrysler, Jürgen Schrempp. El alto ejecutivo tiene razón. Porque, sin lugar a dudas, también otras empresas querrán ahora exigir a sus empleados que trabajen más horas y renuncien al correspondiente aumento de sueldo.

Resistencia vana

Encantado se mostró igualmente el Ministerio de Economía, cuyo portavoz calificó el acuerdo de positivo para DaimlerChrysler y también para el país. No en vano el propio canciller federal, Gerhard Schröder, ha venido defendiendo desde hace tiempo la tesis de que lo que hace falta es flexibilidad. Es el mismo discurso que adoptó Schrempp al anunciar que se había logrado cumplir el objetivo empresarial para garantizar un crecimiento rentable en Alemania. A su juicio, no se requiere un aumento general de las horas semanales de trabajo, sino soluciones acordes a la situación de cada empresa.

Los sindicatos, por su parte, tuvieron que rendirse a la evidencia de que lo principal para sus afiliados es, en estos momentos, garantizar el puesto de trabajo. Por supuesto hubo resistencia, paralización transitoria de actividades y enconadas negociaciones que se prolongaron durante semanas. Pero, a la postre, se impuso la demanda de los ejecutivos: en algunos sectores de DaimlerChrysler, la semana laboral tendrá 40 horas.

Sacrificio del directorio

Eso no es más que un punto del acuerdo, que incluye también la renuncia a reajustes salariales ya pactados, del orden del 2,79%. Para atenuar un poco el impacto, se anunció que los miembros del directorio también están dispuestos a hacer un sacrificio: reducir en un 10% sus sueldos anuales. Y eso no es poca cosa, teniendo en cuenta de que el directorio ganó, en conjunto, 40,8 millones de euros el año pasado.

Un pequeño consuelo, más que necesario si se toma en cuenta que DaimlerChrysler no se hallaba precisamente con el agua al cuello y necesitado de abaratar costos a como diera lugar. A fin de cuentas, de los 5.700.000 que ganó el consorcio en año pasado, más de 3 mil millones correspondieron a grupo Mercedes Car. Eso significa que, pese a los altos sueldos, la producción seguía siendo rentable. Aún sí, los sindicatos no tuvieron más remedio que tragarse la amarga píldora de los recortes reales, ante la perspectiva de que la empresa buscara maximizar sus beneficios, trasladando parte de su producción al exterior. Y ese argumento vale para muchas otras.