Acorazado Graf Spee: historia de un reflote
17 de diciembre de 2009Un águila de metal de aproximadamente dos metros de altura, con una esvástica en sus garras es izada lentamente del agua, bajo la atenta mirada de un buzo. El equipo que la saca del fondo del Río de la Plata frente a Montevideo da gritos de alegría y se abraza. La operación ha sido todo un éxito.
Pero no fue sino el comienzo de una disputa internacional con todos los ingredientes de una novela de suspense. La historia había comenzado siete décadas antes, cuando, el 21 de agosto de 1939, el barco de guerra alemán Admiral Graf Spee zarpa del puerto de Wilhelmshaven en misión secreta.
El Graf Spee era un acorazado de bolsillo de la Marina de Guerra alemana. Fue construido en el marco del los términos del Tratado de Versalles, que no permitía a Alemania tener buques de guerra de más de 10.000 toneladas de desplazamiento. No obstante, tecnológicamente, el barco era uno de los más modernos de su tiempo: rápido, muy maniobrable y con enorme poder de fuego.
Al comenzar la II Guerra Mundial, con la invasión de Polonia por parte de Alemania, el capitán del Graf Spee, Hans Langsdorff, abre el sobre sellado que llevaba consigo y se entera de la misión.
En la orden del Mando Naval de la Reichsmarine se lee que el buque deberá “alcanzar el Atlántico sin dejarse ver, evitando a tiempo todo buque que pudiera aparecer en el horizonte”. Su misión consiste en “destruir por todos los medios los buques que aseguran el abastecimiento del enemigo”, o sea, fundamentalmente británicos.
Entre septiembre y diciembre de 1939, el Admiral Graf Spee hundió nueve buques mercantes en el Atlántico sur y el océano Índico. Los británicos, alarmados, comenzaron su persecución. En la mañana del 13.12.1939, el Graf Spee estaba a algunos cientos de kilómetros de la costa frente al estuario del Río de La Plata. Unas horas más tarde comienza lo que se conoce como la Batalla del Río de la Plata.
El Graf Spee se enfrenta con los cruceros británicos Exeter, Ajax y Achilles. Todos los navíos sufren graves daños. El capitán del Graf Spee decide finalmente entrar en el puerto de Montevideo. El Gobierno uruguayo, neutral, le permite una estadía de 72 horas, pero no le autoriza realizar grandes reparaciones. Obligado a salir a mar abierta, donde lo esperan navíos de guerra británicos, el capitán decide hundir su buque. Al día siguiente se suicidará en un hotel de Buenos Aires.
Muchos años más tarde comenzarán los intentos de extraer de las aguas partes del buque. En 1997, uno de los cañones fue rescatado, reparado y está expuesto en la actualidad en un predio del Museo Naval de Uruguay en Montevideo. En 2004 se extrajo el dispositivo de puntería: un telémetro de 27 toneladas. En 2006 fue izada una gran águila de bronce (400 kg de peso, dos metros de altura por 2,6 de longitud) con una corona de roble enmarcando una esvástica en sus garras que adornaba la popa del Admiral Graf Spee.
DW-WORLD entrevistó a Alfredo Etchegaray, miembro del equipo que extrajo el águila, sobre los temas y problemas que el intento de reflotamiento del buque o de algunas de sus partes ha sacado también a luz.
DW-WORLD: ¿Cuál es estado actual de las actividades para sacar el Graf Spee del mar y qué se ha logrado hasta ahora?
Alfredo Etchegaray: En el momento las actividades han sido suspendidas por decisión de la Prefectura Nacional Naval, que es la autoridad que entiende en materia de autorizaciones de operaciones de rescates de buques hundidos. Se ha logrado rescatar el telémetro y el águila de bronce, además de un cañón de 155 mm expuesto ahora en el Museo Naval.
¿Se intenta rescatar todo el barco o partes de él?
Si bien de acuerdo con los estudios realizados, el buque se encuentra fraccionado en tres partes, la intención es rescatar todo el barco, o estudiar la viabilidad de una escollera de protección para hacer un museo subacuático. El obstáculo es el gran costo.
¿Por qué se lo intenta izar?
Debido a que fue un acorazado muy adelantado tecnológicamente en su época, a su desempeño en batallas navales y en especial a la batalla naval que protagonizó con los barcos ingleses en las aguas del Río de la Plata. En estas latitudes fue el único capítulo bélico que se vivió de la II Guerra Mundial. Resulta muy atractivo para su divulgación histórica y para la prensa internacional.
¿Qué partes se han rescatado ya y qué se ha hecho con ellas?
El telémetro y el águila de bronce con el escudo de la esvástica. El telémetro se encuentra exhibido en la explanada que precede al edificio de la ANP, por decisión de la misma. El águila se encuentra a resguardo por decisión de la Armada. Por dicho motivo, preferimos no ser nosotros quienes públicamente revelemos el lugar.
¿Cuál es la situación legal del barco?
El barco pertenece al Estado uruguayo, cualquier otra posición que se haya manejado, no tiene fundamento legal. Es el Gobierno uruguayo quien puede disponer sobre el mismo. Nosotros somos contratantes para su rescate. Cabe aclarar que en cuanto a los objetos rescatados, poseemos derechos sobre ellos.
¿Cuál es la posición del Gobierno uruguayo respecto al izamiento y rescate?
De acuerdo con el último decreto, n.º 306, sobre la materia, se dejaría sin efecto el contrato. Lo que sucederá de allí en más, lo desconocemos.
El Gobierno alemán parece no querer que se lo rescate. ¿Por qué?
No resulta simple responder a esta pregunta por cuanto ha habido manifestaciones contradictorias por parte del Gobierno alemán. Por “Nota Verbal” de fecha 16 de Febrero de 2006 alega sin fundamentar ni cita dando normas, derechos sobre el acorazado, a pesar de que oficialmente se le ha solicitado ampliaciones. En una expresión poco feliz para dos Estados soberanos en pie de igualdad, reconoce que en su oportunidad no formuló protestas pero que lo hizo bajo el “supuesto de que después del rescate del barco o de sus partes, éstos deberían ser expuestos al público bajo los auspicios del Gobierno del Uruguay”, con lo cual de alguna manera pretende haber condicionado al Estado uruguayo a un supuesto permiso otorgado implícitamente y con instrucciones, para actuar al respecto. Es decir que se habría interpretado mal dicho silencio. Cuando en realidad el Gobierno uruguayo en ejercicio de sus potestades le comunicó el desguace del acorazado y no le solicitó permiso alguno.
A pesar de esa posición manifestada, se opuso a su exposición en oportunidad cuando se organizó una exhibición con motivo de la celebración de los 100 años de Punta del Este.
Primero manifiesta no tener problema con la exhibición y luego dice tener reparos. También se opuso a una exposición histórica en la Intendencia Municipal de Montevideo, votada y aprobada por unanimidad por la Junta Departamental.
¿Qué eco ha tenido la posición alemana en el Gobierno uruguayo?
Fue efectiva, el Gobierno no autorizó su exhibición. Además de ello, se ha solicitado su venta pero ha pesar de un dictamen favorable de la Prefectura Nacional Naval, el Gobierno no ha respondido a dicho pedido. Evidentemente la posición del Gobierno alemán sigue surtiendo efectos al día de hoy.
¿Se teme que el lugar donde eventualmente se exhiban partes del Graf Spee se transforme en meta de peregrinación para neonazis? Lea la segunda parte.
¿Se teme que el lugar donde eventualmente se exhiban partes del Graf Spee se transforme en un lugar de peregrinación para nazis y neonazis?
Esta opción no tiene ni lógica ni fundamento. No es posible en Uruguay. Esa hipótesis es una de las tantas que se ha manejado extraoficialmente. En particular no creemos que tenga razonabilidad y pensamos que ningún Gobierno incursionaría en la misma por resultar poco inteligente. Si así fuera, opinamos que manifiesta un interés interno sobredimensionado a los intereses del Estado uruguayo. Si bien el águila de bronce tiene un valor simbólico, el mismo no es determinante y su valor histórico supera al simbólico con el pasar del tiempo. Los movimientos neonazis no surgen por dicho objetoo ni su existencia de él . Los hubo y seguirán habiendo (los movimientos). Es más, no necesitan comprarla, basta reproducirla y les resultaría más barato.
Pero en la hipótesis de que la adquirieran, al llevarlo a Alemania dicho Gobierno la puede incautar y se ahorraría muchos euros y problemas ya que se lo llevarían a su puerta. Hoy en día se negocian objetos nazis en todo el mundo y el Gobierno alemán no hace nada por impedirlo. Sería un sobredimensionamiento de su valor simbólico y la exigencia de impedir su exhibición y/o venta por parte de un Gobierno alemán no repararía en el valor simbólico que representa la violación de un contrato para el Estado uruguayo.
¿Cómo sigue la historia del Graf Spee?
La decisión sobre el futuro de lo que resta en el lecho del Río de la Plata, es potestativa del Gobierno, debería realizarle la pregunta al mismo. En lo que se refiere a los intereses que nos atañe, estamos esperando una respuesta. Claro está, que no esperaremos "ad eternum". Una posible solución es que Alemania adquiera el 50 % en una subasta pública y apoye un museo inspirado en la Batalla del Río de la Plata, para recordar la historia y fomentar la paz. Hay más de mil naufragios en el Río de la Plata, en aguas uruguayas, a la espera de ser rescatados, para crear museos y financiar más escuelas y planes de educación. El ideal sería un proyecto conjunto y consensuado que incluya a arqueólogos uruguayos, la Comisión de Patrimonio Cultural, la Armada Nacional, fundaciones, técnicos internacionales y los ciudadanos que estudian y trabajan en los proyectos de arqueología subacuática desde hace más de 20 años.
Ministerio de RR. EE.: "Alemania es propietaria de los restos "
Consultado por DW-WORLD, el ministerio federal de Relaciones Exteriores de Alemania manifestó a través de un portavoz que actividades particulares de reflotamiento de los restos del Graf Spee se realizan "sin autorización por parte de la República Federal de Alemania.
El portavoz agregó que la República Federal, "como sucesora legal del Reich alemán es propietaria de los restos del barco y de todos los objetos que en él se hallen".
Para Alemania, "un uso comercial de partes del barco ya rescatadas no es admisible sin autorización". El portavoz resaltó además que su ministerio no tiene conocimiento de que los restos del Graf Spee obstaculicen la navegación en el Río de la Plata.
Autor: Pablo Kummetz
Editor: Enrique López Magallón