Acogida de presos de Guantánamo divide a UE
26 de enero de 2009"Nadie está muy entusiasmado, es verdad". Son palabras del ministro de Asuntos Exteriores checo, Karel Schwarzenberg, que recogen el sentir de los socios de la Unión Europea (UE) sobre la posibilidad de acoger a parte de los presos recluidos en la base militar estadounidense de Guantánamo. Los 27 países comunitarios apoyan los planes de Barack Obama de cerrar la prisión en el plazo de un año. Sin embargo, otra cuestión que se antoja muy diferente es la de hacerse cargo de algunos de los 250 detenidos.
De entrada, por una cuestión legal. En algunos Estados miembros no sería legalmente posible aceptar a algunos de los recluidos en Guantánamo. "No habría posibilidad legal", afirmó el propio Schwarzenberg al término de la reunión celebrada en Bruselas por los 27 ministros de Asuntos Exteriores de la UE. Así las cosas, se ha decidido que los titulares de Justicia e Interior debatan sobre la cuestión, algo que llevará su tiempo. "En primer lugar, necesitamos una respuesta de los ministros de Justicia e Interior. Después tendremos otra reunión", dijo Schwarzenberg.
No habrá respuesta rápida
No habrá, pues, una respuesta rápida en caso de que Washington solicite formalmente a sus socios europeos que acojan a algunos de los presos hasta ahora confinados en Guantánamo. "No podemos dar una respuesta rápida, no es una cuestión que se pueda resolver en semanas o meses", se encargó de anunciar el titular de Exteriores checo, cuyo país ostenta la presidencia semestral de la UE.
Aunque fuentes comunitarias señalaron que cada país miembro podrá decidir unilateralmente si acoge o no a alguno de los 250 presos de Guantánamo, el objetivo de los 27 es ofrecer una posición común al respecto. De momento, países como Portugal, España, Francia, Irlanda y Finlandia se han mostrado en principio favorables a estudiar la acogida de presos. Otros, en cambio, como Austria, Suecia, Dinamarca y Holanda, ya expresaron su rechazo a recibir detenidos.
Estados Unidos aún no se pronunció
Sea como sea, la nueva administración norteamericana encabezada por Barack Obama aún no solicitó formalmente a los países de la UE que se hagan cargo de algunos de los presos recluidos en la base militar. Se trata de un grupo de entre 55 y 60 presos sobre los cuales no pesan cargos, pero que no pueden volver a sus países de origen por el riesgo de que allí fueran perseguidos y encarcelados. Entre ellos figura un grupo de musulmanes chinos de la etnia uigur, además de libios, uzbecos y argelinos. Estados Unidos tampoco quiere hacerse cargo de ellos.
En febrero, una misión de la UE, integrada por la presidencia checa, el comisario europeo de Justicia, Jacques Barrot, y el coordinador antiterrorista Gilles de Kerchove, tiene previsto viajar a Estados Unidos para discutir el tema con la administración Obama, indicaron fuentes diplomáticas europeas.