Las llamadas “zonas de sacrificio” son cinco áreas industriales que se habilitaron en la década de los 60 en Chile para impulsar el desarrollo económico del país. Termoeléctricas, petroleras y plantas químicas han dejado profundas huellas de contaminación. La bahía de Quintero-Puchuncaví es la más antigua. Defensores ambientales, pescadores y ONGs se han unido para defender su patrimonio natural.