El propio Yvan Sagnet llegó a Italia desde Camerún y fue explotado como temporero. Esta experiencia convirtió al estudiante en un activista. Sagnet fundó la organización "NoCap”, que lucha por salarios y condiciones de trabajo justos en los campos del sur de Italia y denuncia la explotación criminal de los inmigrantes. El gambiano Kausuu Kasseme vive en el conocido gueto de Borgo Mezzanone, como otros miles de inmigrantes, sin retrete ni agua corriente. Hace doce años, fue rescatado de un barco abarrotado en el mar Mediterráneo. Sin embargo, su esperanza de lograr una vida mejor en Europa pronto se desmoronó ante una realidad laboral desoladora. Este joven de 29 años trabaja como jornalero en el campo por menos de cinco euros la hora. A día de hoy, Italia es uno de los cinco países de la UE que no garantizan un salario mínimo. Yvan Sagnet quiere poner fin a esta situación. La nigeriana Tina Agbonyinmoe trabaja durante tres meses en uno de los mayores productores europeos de fresas ecológicas. Su trabajo consiste en envasar las fresas para supermercados de Alemania y Dinamarca. La empresa está certificada por "NoCap” por ofrecer condiciones laborales justas. Y ella sabe que esto se lo debe agradecer al compromiso de Yvan Sagnet. Pero pronto termina su contrato de temporada y tiene que buscar un nuevo empleo. Esta madre soltera de dos hijos teme tener que volver a trabajar diez horas o más por mucho menos dinero.