Sin autocensura
22 de julio de 2010“Disidentes decepcionados”. Fue así como el periódico germano Süddeutsche Zeitung tituló la breve crónica sobre los primeros días en libertad de los once presos políticos cubanos amnistiados como parte de la operación que, parafraseando al rotativo madrileño El País, llevará a España “al mayor número de presos de consciencia exiliados en toda la historia de la revolución castrista”. Y es que, según Julio César Gálvez, descrito por el diario alemán como portavoz de la primera camada de prisioneros liberados, el Gobierno español ha roto su palabra al no garantizarles el apoyo integral que les prometió.
Gálvez se queja sobre todo por la falta claridad en relación con el estatus de permanencia y la libertad de movimiento de los amnistiados. Sin embargo, Pablo Pacheco, otro de los once disidentes aludidos, responde tajantemente al ser consultado por Deutsche Welle sobre las declaraciones de Gálvez: “¡Pero es que Julio César Gálvez no es vocero de nadie!”.
¿Tienen los amnistiados un vocero?
Al parecer hubo una confusión, sugiere Pacheco. “O Julio César Gálves habló a título personal y fue citado por el periodista como si hablara en nombre de todos, o de verdad habló en nombre del grupo, cosa que no debió haber hecho”, aclara y sigue: “Fue para evitar este tipo de situaciones que nombramos como vocero a Ricardo González Alfonso cuando todavía estábamos en el avión y llegábamos a España”. González Alfonso es un periodista de 60 años y uno de los presos más conocidos del Grupo de los 75.
“Nosotros hicimos una conferencia de prensa y dimos nuestra opinión sobre el embargo a Cuba y la Posición Común de la Unión Europea hacia el Gobierno cubano; yo estaba ahí, por eso te estoy contando esto”, enfatiza Pacheco. “Curiosamente, veinte minutos después de la rueda de prensa, leí el titular de un periódico digital que rezaba ‘Nos sentimos traicionados por el Gobierno español', como si eso hubiera sido dicho durante la conferencia”, agrega el cubano, indignado.
Profundo agradecimiento
“Inmediatamente busqué a Ricardo y le dije: ‘Yo me desmarco de esta situación porque esto no fue lo que se habló en la rueda de prensa. Están diciendo que nos sentimos traicionados por el Gobierno español y yo no me siento traicionado por el Gobierno español'. Pero en ese instante Ricardo no sabía nada del asunto tampoco”, explica Pacheco, quien abandonó Madrid este lunes (19.7.2010) con miras a establecerse en la ciudad costera de la que se ha enamorado a primera vista: Málaga.
“Como dije, yo me desmarqué de esa situación porque yo estoy muy agradecido, no tanto con el actual Gobierno español, sino con la oposición, que fue la que creó la Posición Común; el Gobierno lo que está haciendo es recoger los frutos de la Posición Común”, admite Pacheco, aludiendo al documento que pone la mejora de la situación de los derechos humanos en Cuba como condición para que la Unión Europea establezca relaciones diplomáticas más amistosas con el régimen comunista de la isla.
Disenso entre los disidentes
“El calor humano que yo he recibido en España no lo había sentido en mucho tiempo; recordemos que yo llevaba siete años y cuatro meses en prisión y que, cuando salí, lo hice prácticamente por la puerta de atrás, me dirigí directamente a un aeropuerto y de ahí a España. El pueblo español es de los más maravillosos que yo haya conocido y que pueda conocer y aquí en Málaga las personas son muy solidarias, te saludan, te abrazan, te quieren conocer…”, añade Pacheco, consciente de que su testimonio y el de Gálvez no podrían ser más diferentes.
“Yo respeto la posición de quienes dicen sentirse traicionados por el Gobierno español, pero no estoy de acuerdo con ellos”, aclara Pacheco. “La prensa española me pregunta si hay divisiones entre los presos políticos cubanos y yo lo que respondo es que cada quien tiene puntos de vista diferentes. El único lugar donde yo he visto que los puntos de vista tienen que ser iguales es aquel en donde impera el comunismo, y yo, afortunadamente, ya no estoy viviendo bajo el comunismo”, subraya.
España, puerta a una nueva vida
Pablo Pacheco está consciente de los privilegios que disfruta desde su llegada a España, pero no olvida las tribulaciones por las que siguen pasando otros disidentes cubanos, aún a la espera de ser liberados por el Gobierno de Raúl Castro. “Yo vine a España a comenzar una nueva etapa de mi vida, pero pensando siempre en Cuba y en los cubanos, fundamentalmente en mis hermanos de causa, quienes aún están en las cárceles pese a que el Gobierno ha insistido en que los liberará”, sostiene.
¿No preferiría emigrar a Estados Unidos, donde ya viven su madre y sus hermanos? Pacheco contesta la pregunta con otra y remata con una dolorosa anécdota personal: “¿Qué otros países le propusieron al Gobierno cubano lo que España le propuso? El centro de refugiados de Estados Unidos le negó el estatus de refugiado político a Diosdado González Marrero [político cubano, miembro del Grupo de los 75] meses antes de que fuera enviado a prisión y a mí me ocurrió exactamente lo mismo”, cuenta, contento porque se dispone a publicar su primer artículo sin temor a represalias de ningún tipo.
Midiendo las palabras
“En este momento nos encontramos en una situación que nos exige ser extremadamente cuidadosos y consecuentes con cada una de nuestras palabras, porque estamos hablando de personas que todavía están en prisión y, para mí, eso es algo que está por encima de mis propias prioridades”, dice y agrega categórico: ”El Gobierno cubano debe mostrar sus verdaderas intenciones y liberar a los presos políticos ya”.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editora: Emilia Rojas Sasse