Yihadistas alemanes, un tema delicado para Berlín
18 de febrero de 2019Cuando se trata de luchadores alemanes del Estado Islámico en Siria, la diplomacia internacional es algo más compleja que un tuit. Las respuesta de Sören Schmidt lo demuestran. Schmidt es portavoz del Ministerio alemán del Interior. Entrevistado por DW, deja claro que "todos los ciudadanos alemanes, y también los sospechosos de haber combatido en el llamado Estado Islámico, tienen derecho a volver a Alemania”.
Pero Siria es un caso particular, dice, en el que el Gobierno federal "no puede realizar trámites jurídicos y consulares para los ciudadanos alemanes detenidos por la disputa armada”. Incluso, la prosecución penal de alemanes se deja en manos estatales sirias "ya que las medidas policiales o judiciales no son posibles por falta de la asistencia jurídica necesaria”.
La embajada alemana en Siria está cerrada desde 2012, por lo que no es posible tratar estos asuntos por vía consular, algo que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, debería saber. Y, pese a ello, en el fin de semana volvió a emplear la red social Twitter para lanzar un mensaje simplista: "Estados Unidos está pidiendo a Reino Unido, Francia, Alemania y otros países europeos que deberían asumir a los más de 800 combatientes del EI que hemos capturado en Siria y sometido a juicio”.
Alemanes en prisiones kurdas
Desde entonces, en Berlín ha estallado un debate sobre los pros y los contras de las exigencias de Washington. Una cosa está clara: Donald Trump no está solo: las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), dirigidas por milicianos kurdos, critican desde hace mucho tiempo que los países europeos sigan sin estar listos para hacer retornar a sus nacionales. Los kurdos son los aliados más importantes de EE. UU. en la guerra civil siria. Muchos de los detenidos son mantenidos en prisiones o campamentos kurdos en el norte de Siria.
"Según informaciones de los servicios de seguridad, hombres y mujeres llevan desde 2013 viajando desde Alemania hacia las zonas de conflicto en Siria e Irak para combatir del lado de grupos terroristas en la yihad”, subraya Sören Schmidt. La situación legal, es decir, los cargos de los que se les acusa, es sin embargo poco clara en la mayoría de los casos: "Son muy pocos aquellos sobre los que pesan órdenes de detención o a los que se les ha abierto un sumario”.
Es difícil perseguirlos penalmente
En total son unos 1.050 los islamistas alemanes los que han viajado a Siria e Irak. Casi 200 de estas personas han muerto en alguno de esos países. Alrededor de 300 personas están de vuelta en Alemania. El problema: aunque las autoridades de seguridad tienen conocimiento de que al menos un centenar de esas personas han combatido activamente en Siria o han recibido una formación para ello, la cuestión de la prosecución penal es complicada.
Y es que, incluso cuando estas personas han sido detenidos en Siria, tiene que demostrarse a su vuelta la participación en una disputa armada en una zona de conflicto. Para emitir una orden de arresto, las autoridades alemanas necesitan información muy sólida sobre el retornado. Algo que no es fácil de conseguir, ya que en estos países las estructuras estatales no funcionan de forma que puedan proveerla eficientemente.
Pese a todas estas dificultades, una condena sigue siendo posible: en determinadas condiciones, el párrafo 129b sobre la pertenencia a una organización terrorista puede aplicarse a organizaciones extranjeras. Desde 2015 hay, además, una disposición suplementaria que convierte en delito el simple intento de salir de Alemania con estos fines. No obstante, también es necesario probar que este es el motivo del viaje. Aunque hay un precedente: la condena a un joven a dos años y medio de prisión que confirmó el Tribunal Federal de Justicia de Alemania.
(eal/cp)
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