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Willy Brandt: alemán, europeo y ciudadano del mundo

Sarah Judith Hofmann / JAG16 de diciembre de 2013

Luchó contra Hitler y los fascistas europeos, acercó al Este y a Oeste y sentó a países industrializados y países en vías de desarrollo en la misma mesa. Willy Brandt tenía una visión: un mundo más justo.

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Imagen: ddp images/AP Photo

Willy Brandt salió hacia Polonia el 7 de diciembre de 1970. Quería firmar un acuerdo de no agresión y el reconocimiento de las fronteras tras la guerra. Un camino difícil 25 años después del final de la contienda. Fue el primer canciller germano federal en pisar ese país, destrozado y ocupado por los alemanes años antes. Tan solo en Varsovia, los nacionalsocialistas habían confinado a cientos de miles de judíos en guetos y campos de concentración, para posteriormente destrozar la ciudad. Brandt sabía que iba a ser necesario un gesto especial para la reconciliación. Y encontró el momento adecuado.

Cuando depositó una corona en el “Monumento a los Héroes del Gueto”, Brandt no solo inclinó su cabeza ante las víctimas. Se arrodilló más de un minuto rindiéndoles homenaje. Entre los presentes se produjo un silencio sepulcral en el que sólo se escuchaban los disparadores de las cámaras. Las fotos de Brandt de rodillas dieron la vuelta al mundo. “Él, que estuvo luchando durante toda su vida contra Hitler, cargó el peso –que no la culpa- del pasado en sus hombros”, recuerda Alfred Grosser.

En Alemania –y también en Polonia- el canciller alemán fue duramente criticado por algunos. Sin embargo, a todos les quedó claro que Willy Brandt representaba otra Alemania, una Alemania pacífica. Un año después, recibió en Oslo el premio Nobel de la Paz.

Regierungserklärung Willy Brandt 1969
Delaración de gobierno de 1969.Imagen: AP

Un hijo del siglo XX

Nacido en 1913 con el nombre de Herbert Ernst Karl Frahm, su abuelo muy pronto le puso en contacto con el SPD y después tendió a acercarse al Partido Socialista de los Trabajadores, de corte más radical y prohibido por Hitler en 1933. Bajo el seudónimo de Willy Brandt, pudo escapar a Noruega ese mismo año y desde allí, no solo luchó contra Hitler sino también contra fascistas de toda Europa.

En 1947, cuando Brandt volvió a Alemania, tuvo que hacer frente a algunas acusaciones. “¿Qué ha estado haciendo el Sr. Brandt 12 años allí fuera?”, decía Franz-Josef Strauss calificándolo casi de traidor a la patria: “Nosotros sí sabemos lo que hemos hecho aquí”.

Para el politólogo Alfred Grosser, fue increíble el gradoen que se hostilzó a Brandt. Pero a pesar de eso, Brandt se convirtió en 1957 en alcalde de Berlín, una posición que precisaba de mucha destreza diplomática y recababa mucha atención en la época de cupación de las cuatro potencias. En 1966, Brandt fue nombrado ministro de Exteriores y en 1969, canciller de la República Federal de Alemania. Vivió baches políticos, como la construcción del Muro de Berlín. Pero también consiguió éxitos con su “política a pasos pequeños”, buscando el acercamiento entre Este y Oeste. La suya es una biografía que solo podría haber sido escrita en el siglo XX.

De Este a Oeste y de Norte a Sur

“Willy Brandt estaba por encima de la identidad nacional, la raza o religión. Era un ciudadano del mundo en el sentido más amplio de la palabra”, dice Shridat Ramphal: “Creía que su hogar era todo el mundo y su obligación era convertirlo en un mundo mejor”. Ramphal, también un ciudadano del mundo, nació en Guyana y fue durante muchos años Secretario General de la Commonwealth y miembro de varias organizaciones internacionales. Desde los años 70, trabajó estrechamente con Willy Brandt. Pero hay algo que casi se ha olvidado: Brandt no trabajó solo por el acercamiento entre Este y Oeste, sino también, en un contexto global, entre Norte y Sur.

Reunión de la Comisión Norte-Sur en Gymnich en 1977.
Reunión de la Comisión Norte-Sur en Gymnich en 1977.Imagen: picture-alliance/dpa

En 1977, el entonces presidente del Banco Mundial, Robert MacNamara, quiso formar una comisión para el desarrollo. Con ella, pretendía romper el hielo existente en Naciones Unidas entre países industrializados y países en vías de desarrollo. ¿Y quién más adecuado para el puesto que Willy Brandt, con la experiencia adquirida entre Este y Oeste?

La visión de un mundo

“Fue aceptado y admirado en países en desarrollo desde África hasta Asia”, dice Ramphal, que también fue miembro de la Comisión Norte-Sur o comisión “Brandt”. Bajo el mandato del alemán, políticos y científicos de 18 países como Gran Bretaña, Kuwait o Colombia buscaron un camino para un orden mundial más justo. “Había momentos en los que parecía que no íbamos a llegar a ningún acuerdo. Pero Brandt tenía el don de hacer ver a ambos bandos que sería mejor terminar con la división del mundo entre ricos y pobres”, cuenta Ramphal.

La comisión realizó dos informes (1980 y 1982) en busca de un nuevo orden para la economía mundial. Para Ramphal, las demandas de la comisión de entonces siguen siendo relevantes en áreas como desarme, medioambiente, crecimiento demográfico, transferencias tecnológicas, derechos de la mujer y proteccionismo agrario. Hoy vuelven a primar los intereses nacionales y “necesitamos personas como Willy Brandt”, dice. Aunque la comisión no consiguiese cambiar el mundo, sin duda fue un comienzo y marcó el tono de discusión entre Norte y Sur hacia un cambio sostenible. “Lo que Brandt consiguió en Europa fue muy grande y por eso ganó el premio Nobel. Pero lo que consiguió a largo plazo con su Comisión Norte-Sur también es de destacar”, aclara Ramphal: “No se puede ganar el Nobel dos veces. Pero él lo hubiese merecido”.