Votación en el Parlamento: primer test para Guaidó
4 de enero de 2020Para la oposición venezolana, 2020 no comienza con una lista de resoluciones de año nuevo, sino con un catálogo de desafíos. Doce meses después de que Juan Guaidó emergiera en la opinión pública, los hechos muestran que muy poco ha cambiado en el país. En enero de 2019, el opositor logró lo impensable: sacudió a las bases agotadas, movilizó a la gente en las calles como no se veía desde hacía años, y sumió al chavismo en su peor crisis en dos décadas.
Entonces la renuncia de Nicolás Maduro parecía inminente. Pero pasó algo que algunos todavía no logran explicar: los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses, y los meses ya pasaron a ser un año. Maduro, aún en el poder, luce a veces más fortalecido que antes, mientras la oposición ha perdido su poder de convocatoria, y Guaidó ha pasado de ser el líder "reconocido como presidente interino por casi sesenta países" (entre ellos, uno de los primeros, Alemania), a ser un personaje cuestionado puertas adentro, criticado por quienes antes lo aclamaban, y una suerte de acertijo de cara a la comunidad internacional, que por momentos pareciera no saber qué hacer con el estatus de dignatario que le concedió.
Un debate que se pone en vigor en la víspera de una jornada en la que la Asamblea Nacional opositora votará si Guaidó continúa o no a la cabeza del Parlamento durante un nuevo período. Desde Alemania, la coyuntura es vista desde una particular perspectiva.
"Se debe resaltar que no solo la oposición venezolana está debilitada. Todos los sectores han perdido la fuerza que antes tenían. Y es en ese contexto en el que debemos entender la actual situación. Es lamentable que el país esté cayendo en diferentes zonas de poder", dice a DW Peter Weiß, diputado del Parlamento alemán del partido Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), de la canciller Angela Merkel.
Weiß no ve en el corto plazo una salida a la convulsión venezolana, y cree que más allá de la elección de un nuevo presidente en la Asamblea Nacional prevista para este domingo (05.01.2020), el embrollo político del país y el sufrimiento de la gente continuará todavía mucho tiempo. Pero cuando mira en retrospectiva, considera que un elemento externo pudo haber jugado un rol definitivo para que la crisis no se resolviera hace un año, como la mayoría vaticinaba. Y lejos de los complejos vaivenes de la política interna, Weiß pone el dedo sobre la Unión Europea.
"Muchos consideran como un error que en aquel momento la Unión Europea le concediera a Maduro un plazo de noventa días para conseguir una salida, cuando por el contrario, en aquel momento se debió insistir en lograr su renuncia inmediata", señala.
Puertas afuera
El desafío para Juan Guaidó trasciende este domingo. Su gran reto está en hacerse de nuevo con la confianza que parece haber perdido. Y esto se juega en dos estadios: uno, el de la gente, el de los venezolanos que tras 12 meses de escuchar el conjuro de su fórmula mágica (cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres), siguen padeciendo una inflación francamente insostenible, y una devaluación que en los primeros cuatro días del año ya ha hecho que el bolívar (la moneda local) pierda 27% de su valor con respecto al dólar. Una caída que seguramente se explica a la luz de la inestabilidad que se vive en la antesala de la elección.
Sin embargo, por otro lado, Guaidó requiere con urgencia retomar su lugar en la escena internacional, y tratar de provocar de nuevo la ola de reconocimientos que hace un año lo puso en las portadas de los diarios alrededor del mundo.
"Después de todo, la comunidad internacional en su conjunto debería considerar que el impulso que Guaidó tuvo hace unos meses ha terminado por ponerse en su contra", afirma desde Berlín Konstantin Kuhle, diputado alemán alemán por el opositor Partido Democrático Libre, y miembro de la Comisión parlamentaria de los países andinos en el Bundestag.
Y es que ahora, sin la gente movilizada, cualquier pronunciamiento a favor de Guaidó es tachado por la izquierda como intentos extranjeros de desestabilizar el país. Y esto es así a falta del clamor popular que podría legitimar la posición de los Gobiernos del mundo.
Acusaciones y especulaciones
Previo a la votación del domingo, diputados opositores denunciaron intentos de soborno del oficialismo para impedir la reelección de Guaidó. Asimismo, otros avanzan la tesis de que durante los últimos meses la Casa Blanca hubiera negociado tras bambalinas con el régimen. Una suerte de complot improbable que Peter Weiß descarta sin reticencias: "No creo que Estados Unidos o la Unión Europea estén ignorando a Juan Guaidó y que al contrario estén pactando en secreto con Maduro. Creo que todos los actores están de acuerdo en que una solución a la crisis es más posible si Maduro renuncia al poder", apunta.
La elección en el seno de la Asamblea Nacional corre el riesgo de convertirse en un mero trámite burocrático, a no ser que la oposición tome esta jornada como el punto de partida de una nueva revuelta popular. Las razones para hacerlo permanecen intactas: la crisis está igual o peor que hace un año. Pero la pregunta que queda en el aire es: ¿está Juan Guaidó a la altura del momento histórico que sigue llamando a su puerta?
(few)
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