Von der Leyen busca materias primas en Canadá y EE. UU.
7 de marzo de 2023La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se ha embarcado en una ofensiva transatlántica, mientras Bruselas elabora una nueva legislación para apuntalar el suministro de materias primas y asegurar el futuro de su industria de tecnología verde. Von der Leyen se encuentra en Canadá para reunirse con el primer ministro, Justin Trudeau,. Luego, en Estados Unidos, lo hará con el presidente, Joe Biden.
El bloque se plantea poner cuanto antes fin a la dependencia de los combustibles fósiles de Moscú y aumentar la producción de energía renovable. Para ello, necesita más minerales críticos y materias primas como el litio, cobalto o metales de tierras raras. Por eso, Washington y Ottawa son tan importantes para la Unión Europea (UE).
La UE en busca de materias primas críticas
Estos materiales son cruciales para la fabricación de paneles solares, turbinas eólicas, automóviles eléctricos y teléfonos inteligentes. La geóloga Anouke Borst dice que "la demanda de litio podría multiplicarse por cuarenta hasta 2050, si cumplimos todos los acuerdos [climáticos] de París".
Además, ella afirma que el difícil acceso a las materias primas de tierras raras "se debe, en gran parte, a que China es el mayor productor y controla toda la cadena de procesamiento". Esta es la razón por la que Bruselas quiere diversificar las cadenas de suministro fuera de Pekín. Y aunque hay yacimientos de tierras raras en Europa, Borst cree que la UE "seguirá dependiendo de las importaciones" debido a la oposición a la minería en el continente por motivos medioambientales.
La UE y Canadá ya firmaron una asociación de materias primas en 2021 y en 2022. Y los gigantes automovilísticos europeos Volkswagen y Mercedes Benz también cerraron acuerdos sobre el acceso a minerales canadienses.
Grupos ambientalistas locales rechazan planes mineros
Sin embargo, la expansión de las actividades mineras choca contra las quejas de grupos activistas, como la "Red de Solidaridad con la Injusticia Minera", de Toronto, que acusa a las empresas mineras canadienses de lavado verde. "Comunidades de todo el mundo están luchando para proteger sus aguas, sus tierras y sus medios de vida de los impactos de la minería, negándose a convertirse en zonas de sacrificio mientras los inversores se enriquecen", se lee en su sitio web.
El ministro de Recursos Naturales de Canadá, Jonathan Wilkinson, insiste en que las materias primas pueden obtenerse de forma sostenible: "El Gobierno se compromete a hacer de Canadá el proveedor global elegido para minerales críticos de origen sostenible y responsable, desde la exploración y extracción hasta la fabricación y reciclaje, al mismo tiempo que fomenta las relaciones mutuamente beneficiosas entre la industria y los pueblos indígenas".
Motivos que podrían nublar conversaciones
El pasado enero, von der Leyen expresó la idea de un "Club de materias primas críticas" con "socios de ideas afines", algo que ella podría intentar formalizar esta semana.
Pero hay motivos que podrían nublar las conversaciones entre von der Leyen y Joe Biden: una histórica legislación estadounidense ofrece cientos de miles de millones de dólares en subsidios y apoyo a tecnologías limpias de fabricación nacional, como automóviles eléctricos. La UE teme que esta inversión masiva ponga en desventaja a las empresas europeas y las tiente a trasladarse al otro lado del Atlántico.
"Esta es una legislación proteccionista y está muy sesgada a favor de la producción nacional", dijo a DW David Kleimann, experto en derecho comercial y miembro del grupo de expertos Bruegel.
No se espera que EE. UU. cambie su legislación, a pesar de las quejas europeas, pero Kleimann cree que von der Leyen probablemente ofrecerá una opción creativa para evitar males mayores. Por ejemplo, permitir a los exportadores de la UE reunir los requisitos para obtener algunos subsidios estadounidenses solo en algunas áreas, como los componentes de baterías.
Kleimann, sin embargo, dice que "no está claro" si esto acarreará beneficios tangibles a las industrias europeas. Él cree que la UE quiere evitar enfrentamientos públicos con el Gobierno de Biden, a pesar de los desacuerdos. Ninguna de las partes quiere una guerra comercial transatlántica, mientras se está librando una guerra real en el continente europeo.
(rmr/rml)