Violencia policial en Brasil a un año de las olimpiadas
5 de agosto de 2015A primera vista parecería una contradicción: en Río de Janeiro vuelve a aumentar la violencia y la arbitrariedad policial, mientras que en los barrios pobres de la ciudad, disminuye el número de víctimas. Antonio Testa, experto en seguridad de la universidad de Brasilia, explica que “las bandas de la droga fueron expulsadas por la policía de los barrios pobres pero no se han disuelto. Se fueron a otros barrios y allí es donde ahora aumenta la violencia, y con ello la violencia policial”.
Éxito en favelas pacificadas
El secretario de Seguridad de Río, José Mariano Beltrame, es consciente del problema. ”Sabemos que en algunas zonas sigue habiendo guerra, pero desde la constitución de la Unidad de Policía Pacificadora en 2008, se han hecho grandes progresos". Entretanto, cerca de 50 favelas están ocupadas por estas nuevas unidades policiales.
Las estadísticas también confirman las declaraciones del secretario de Seguridad. Según los datos del Instituto para la Seguridad Pública, el número de muertos por violencia policial bajó de 1134 en 2008 a 416 en 2013. En los barrios pobres pacificados de Río no solo bajó la criminalidad, sino también las víctimas de la policía. Los 20 fallecidos en 2014 supusieron una reducción del 85% en relación con 2008.
Pese a estas mejoras, Amnistía Internacional advierte en su último informe del aumento de la violencia. Especialmente, la violencia policial, que tras una fase a la baja volvió a subir con un aumento del número de víctimas de un 15,6% el año pasado.
Para Testa, el nuevo informe de Amnistía no trae grandes novedades. "La violencia policial y las ejecuciones extrajudiciales a manos de milicias cercanas a la policía o fuerzas de seguridad existen desde hace años”, dice el investigador. Testa coincide con el estudio de Amnistía en que, probablemente, la impunidad de los autores que integran las filas de la policía es parte del problema. Sin embargo, frente a las críticas del informe de Amnistía, defiende la necesidad de un buen equipamiento para la policía. Para él, es decisivo en vista del armamento pesado de sus oponentes.
Esperanza en las olimpiadas
Para el portavoz de Amnistía, Alexandre Ciconello, el parendizaje en los últimos años es bastante pobre: “Ha cambiado poco pese a todos los debates, estudios y organizaciones que denuncian desde hace 20 años la impunidad de la violencia policial”, aclara Ciconello, que espera que los Juegos Olímpicos sean una ocasión para luchar contra esa violencia.
Según el experto Testa, ni la violencia policial ni la criminalidad supondrán peligro para turistas y los atletas olímpicos: “Al igual que durante el mundial de fútbol, se tomaran las medidas de seguridad necesarias”. Es probable que haya algún robo o atraco, pero así es Río, continúa Testa advirtiendo expresamente a los turistas de no hacer turismo en las favelas por iniciativa propia. “Tienen que tener claro que allí nadie puede garantizar su seguridad”, concluye.