Victoria de Trump deja a México "en el ojo del huracán“
9 de noviembre de 2016El sorpresivo triunfo del candidato republicano Donald Trump ha sido un balde de agua fría para la causa de los migrantes en México. Sobre todo para la ciudad fronteriza de Tijuana, en donde se encuentra el cruce de San Ysidro, el más transitado del mundo. "Su triunfo es un susto para mucha gente, yo creo que muchos intentarán cruzar al otro lado antes de que llegue a la Casa Blanca en enero, porque piensan que una vez gobernando Trump ya no podrán cruzar", afirma el sacerdote Patrick Murphy, director de la Casa del Migrante. El sacerdote católico confía en que una vez en la Casa Blanca, Trump cambie de opinión en muchas cuestiones que prometió en campaña.
Sobre todo el muro migratorio que prometió construir y que obligaría a México a pagar. "No cambias el corazón de una persona que quiere ayudar a su familia a sobrevivir, que sueña con escapar de la violencia, y buscar una vida mejor. Lo que debiera cambiar es cómo vamos a responder humanamente con leyes justas", señala Murphy, que lleva 36 años trabajando con migrantes.
Los refugios de Tijuana se encuentran ocupados al tope con la llegada de cientos de haitianos y africanos, pero también de mexicanos que huyen de la violencia del crimen organizado.
Buscan pasar al otro lado y ser reconocidos como refugiados. Tienen la oportunidad de acogerse al programa Temporary Protected Status. TPS, que ofrece protección a personas que huyen de un conflicto armado o un desastre natural. El programa fue abierto en julio de 2011 y concluirá en julio de 2017. "Siguen llegando los haitianos a pesar de que ya los están deportando desde Estados Unidos a Haití", dice Murphy, que cree que muchos acabarán quedandose en Tijuana, que a lo largo de los años se ha convertido en ciudad de migrantes y deportados.
En juego, el futuro económico de México
"México se encuentra en el ojo del huracán. La elección determina su futuro económico, como ya lo hemos visto con las oscilaciones del peso mexicano durante la campaña electoral", dice por su parte Ivan Briscoe, director para América Latina y el Caribe de la organización Crisis Group, que se dedica a la prevención mundial de conflictos.
"La amenaza de Trump de reducir el comercio entre México y Estados Unidos y de revisar el acuerdo de libre comercio (TLCAN en español, NAFTA en inglés) entre ambos países, que existe dede 1994, es una amenaza para amplios sectores industriales en México", subraya Briscoe.
Con un 78% de las exportaciones mexicanas destinadas al mercado estadounidense, México depende de su vecino del norte. "Hay enormes lazos económicos entre ambos países, un flujo comercial que se estima en más de 1.000 millones de dólares diarios", afirma el experto.
Tradicionalmente, Washington ha considerado el libre comercio como algo positivo y saludable para ambas naciones, pero con Trump es de esperar un cambio. "Considera el comercio con México como una amenaza para los empleos en Estados Unidos al igual que la migración mexicana y centroamericana. México tendrá que encontrar una forma de relacionarse con el futuro gobierno de Trump, algo complicado y difícil para una economía que no ha logrado despegar realmente, ni cubrir todas las necesidades de su población".
Muro migratorio
El triunfo del candidato republicano supone el peor escenario para el país vecino al sur de su frontera. Trump prometió construir un muro fronterizo y que expulsaría a once millones de indocumentados de origen mexicano.
"Hemos visto un incremento significativo de la patrulla fronteriza y de mecanismos de control, incluyendo una valla de varios cientos de kilómetros. Pero la frontera común es de 3.000 kilómetros, en algunos tramos es prácticamente es imposible construir una barrera física debido a los ríos, a la topología rocosa y desértica que impide levantar una construcción estable", afirma Briscoe.
Briscoe coincide con Murphy en que un muro no logrará disuadir a quienes huyen de una situación desesperada, de pobreza o de violencia endémica endémica en sus países. "Cuando los migrantes sienten que no tienen otra opción, cuando en sus comunidades no hay seguridad ni esperanza de cara al futuro, prefieren tomar el riesgo de llegar a Estados Unidos antes que quedarse en sus comunidades expuestos a una cantidad de peligros".
Sin embargo el aumento del control fronterizo por parte de Estados Unidos, con 20.000 empleados de la fuerza fronteriza que patrullan la frontera, con equipo de alta tecnología como radares y sensores para detectar movimientos fronterizos, hacen que sea más difícil la migración ilegal, que de hecho ha bajado desde el 2000 hasta la fecha y ahora es negativa, según Briscoe.
"Por esta razón los migrantes intentan cruzar a través de rutas más difíciles, que significan caminar tres o cuatro días por el desierto de Arizona, en donde no hay acceso al agua". Briscoe recuerda que el antropólogo Jason de León, ha encontrado restos de más de 2.270 migrantes entre 2000 y 2014, en el desierto de Arizona, que murieron en el intento por alcanzar el sueño americano.