Venezuela: truncado el diálogo político
8 de diciembre de 2016El amago de diálogo que ha tenido lugar en Venezuela con miras a solucionar la crisis de gobernabilidad prevalente desde principios de 2016 parece haber concluido de la peor manera: las partes en discordia, el oficialismo y la oposición, no sólo se acusan mutuamente de sabotear la búsqueda de una tregua política; ambos esgrimen reproches también contra los auspiciantes de ese cese de hostilidades, el Vaticano y la UNASUR.
Este miércoles (7.12.2016), por segundo día consecutivo, el primer vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, instó al secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, a pronunciarse sobre las cartas que presuntamente envió al mandatario Nicolás Maduro y en donde supuestamente le recriminaba el hecho de no respetar los compromisos adquiridos de cara a sus adversarios.
En su programa de televisión, Con el mazo dando, Cabello tachó la misiva de "desgraciada”, se dirigió a Parolin para exigirle que no se involucrara en los "asuntos internos de Venezuela” y recalcó que "no aceptamos tutelaje de nadie”. Ese mismo día, otro portavoz del oficialismo, el diputado Elías Jaua –uno de los delegados del Gobierno en las conversaciones con el antichavismo– devolvió la imputación atribuida a Parolin.
Según Jaua, es la oposición la que ha incumplido los acuerdos alcanzados al no acudir a la sesión de diálogo del martes (6.12.2016), al no cesar "la guerra económica” que, a su juicio, orquesta el antichavismo. Jaua alude al continuado ascenso del valor del "dólar paralelo” –muy por encima de la cotización oficial–, a una reciente falla en las plataformas de pago y a la escasez de efectivo, dando por hecho que la oposición es responsable de ello.
El diputado del PSUV también mencionó el hecho de que la Asamblea Nacional no haya acatado la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia, que ordenó la desincorporación de tres diputados opositores por supuestos fraudes electorales en los procesos mediante los cuales fueron designados. Pero también la mayor alianza de formaciones antichavistas, conocida por sus siglas MUD, hizo públicas sus diferencias con los facilitadores del diálogo.
Este 7 de diciembre, al anunciar que reiniciaría las manifestaciones de calle, declaró estar en desacuerdo con dos puntos que el martes (6.12.2016) plantearon el Vaticano y la UNASUR: la fecha de la próxima reunión y la petición de que ninguna de las partes se agreda institucionalmente (el Legislativo es el único poder público donde la oposición tiene la mayoría; el resto es dominado por fichas del oficialismo).
, enviado del papa Francisco para acompañar el diálogo político en Venezuela, dijo que este proceso será "reactivado” el próximo 13 de enero tras una etapa de "revisión”. Y el secretario general de la UNASUR, Ernesto Samper, mencionó que le habían pedido a los actores políticos de cada bando "un cese al fuego mediático” y el fin de las declaraciones por vías institucionales que "crean confusión”.
"Creemos que no le conviene al país la politización y mucho menos la partidización de sus instituciones; creemos que se necesita, por supuesto, el equilibrio institucional”, acotó Samper. En rueda de prensa, el portavoz de la MUD, Jesús "Chúo” Torrealba, indicó que la fecha de la próxima reunión de diálogo no puede ser fijada arbitrariamente, sino que debe "estar determinada por el cumplimiento de los acuerdos”.
Torrealba se refiere a compromisos supuestamente adquiridos –aunque el oficialismo lo niega– el 12 de noviembre: la liberación de los presos políticos, la apertura de un canal humanitario que permita abastecer a Venezuela de medicinas y alimentos, y la celebración de elecciones a corto plazo. Otro acuerdo alcanzado, según la MUD, es que las instituciones del Estado se reconozcan y respeten mutuamente.
ERC ( EFE / dpa )