“Venezuela debe revisar sus alianzas”
2 de octubre de 2012En Venezuela, algunas encuestas presentan al actual mandatario, Hugo Chávez, como potencial ganador de las elecciones presidenciales que tendrán lugar el 7 de octubre. Otras muestran a Henrique Capriles Radonski, candidato de la oposición unificada, como el virtual vencedor de la contienda. Pero, independientemente de quien ascienda a la jefatura de Gobierno, hay políticas de Estado que ameritan ser revisadas lo antes posible y sin sesgos ideológicos, sobre todo en materia de relaciones exteriores.
En el artículo que hizo llegar a DW –titulado Tiempo de revisión de las “alianzas” o asociaciones estratégicas de Venezuela con socios extra-regionales–, Ana Soliz Landivar, investigadora del Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS) de Hamburgo, adscrito al Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA), plantea que es imprescindible analizar empíricamente si las relaciones bilaterales establecidas por Venezuela en los últimos catorce años realmente cumplieron sus expectativas y contribuyeron a mejorar la situación del país.
Soliz Landivar agrega que, de ser necesario, se debe enmendar el curso tomado por algunas de esas sociedades. “Una de las estrategias de política exterior adoptadas por Chávez fue la de soft balancing, que incluyó la diversificación de los socios políticos y económicos de Venezuela con miras a reducir su dependencia de Estados Unidos e impulsar su liderazgo en América Latina”, comenta la experta del ILAS. Las asociaciones estratégicas con China, Irán y Rusia sobresalen por la cantidad de recursos venezolanos comprometidos.
“Se establecieron canales diplomáticos precisamente para facilitar la coordinación política bilateral y allanar el camino hacia un mundo multipolar”, acota Soliz Landivar. “Sin embargo, los resultados que se esperaban de esos mecanismos y acuerdos no se consumaron; al menos no durante las votaciones celebradas en la Asamblea General de las Naciones Unidas. Los votos de Venezuela coinciden con los de China desde 2004, pero esa es una excepción. Su convergencia con Irán ha sido menor y con Rusia, no existe”, señala la investigadora.
De una dependencia a otra
Soliz Landivar critica la tendencia de Venezuela a reducir su dependencia de Estados Unidos, entrando en una relación de dependencia con China, como lo hizo con su industria petrolera. No obstante, en el ámbito bancario, el intercambio sino-venezolano luce más equilibrado. El establecimiento de bancos y fondos binacionales ha ayudado a financiar los programas sociales auspiciados por el Gobierno de Chávez –las “misiones”– y estimulado el comercio bidireccional en moneda local, haciendo innecesario el uso del dólar estadounidense.
Según la politóloga del ILAS, para que su sociedad estratégica con China rinda frutos considerables, Venezuela debe demandar mayores inversiones en infraestructura y una cooperación tecnológica más intensa; con todo y que el programa de satélites ya le ha traído ventajas a Venezuela –autonomía y liderazgo regional– en el ámbito de las telecomunicaciones. “El futuro de su relación con Irán dependerá claramente de qué candidato sea elegido presidente de Venezuela”, acota Soliz Landivar.
“Hasta el momento, sus intercambios con Irán le han traído más riesgos que beneficios a Venezuela. De conservarse esta relación, debería limitarse a la cooperación energética y al marco de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), sin triangularla como se ha hecho en algunos casos. En cuanto a su relación con Rusia, ésta deberá ser ajustada para que sea más provechosa”, sostiene Soliz Landivar, añadiendo que, hasta ahora, la conexión Caracas-Moscú no le ha ofrecido mayores beneficios a Venezuela, ni políticos ni económicos.
Autor: Evan Romero-Castillo
Editor: Enrique López