Venezuela: estéril enfrentamiento a expensas de la gente
2 de mayo de 2019Los sucesos de los últimos dos días en Venezuela dan pie a muchas y diversas interpretaciones. La situación sigue siendo demasiado confusa. Sin embargo, una cosa es segura: el enfrentamiento en Caracas tiene lugar a expensas de la población, que ve cada vez menos una salida al estancamiento y sufre el creciente desgaste político.
Protagonistas debilitados, comunidad internacional inerme
Las consecuencias de las sanciones y la continua escasez de suministros aumentarán aún más la migración a los países vecinos. La creciente frustración afecta especialmente a Juan Guaidó, cuya estrategia en la lucha por el poder se basa en la capacidad de movilización de sus seguidores. La falsa afirmación del 30 de abril en la mañana de que partes relevantes de los militares lo estaban apoyando, le causa daño a él y su proyecto.
Tampoco la liberación de Leopoldo López de su arresto domiciliario generó tanto entusiasmo como para que la gente se volcara en masas a las calles. No se produjo el efecto de estocada final. Tras meses de manifestaciones masivas, la desilusión y la fatiga están cundiendo, combinadas con los temores de las acciones violentas de los órganos de seguridad del régimen.
Los intentos de Washington de querer hacer creer que una caída de Maduro es inminente le quitan credibilidad a los seguidores de Guaidó y minan el valioso respaldo de la comunidad internacional al líder opositor. No parece que vaya a haber una caída abrupta del régimen. La estrategia de Guaidó no parece funcionar. Pero también Maduro está debilitado. Tanto, que en cada alocución tiene que repetir su pedido de apoyo a los líderes militares.
El único actor ganador de la puja por el poder son los militares: los militares son la única fuerza que ha logrado mantener una amplia autonomía. La escisión de algunas partes no ha sido realmente significativa. Pero con ello se ha puesto en marcha una peligrosa dinámica: los dos rivales compiten por ganarse el respaldo del Ejército, mientras pierden cada vez más el control de las decisiones, que los generales tienen cada vez en sus manos.
Esto solo complicará una solución política al conflicto, indispensable para la disolución del empate entre Guaidó y Maduro. El Ejército está ganando el dudoso papel de garante de cualquier reforma en Venezuela. En el futuro, Guaidó y López podrían actuar como un binomio del liderazgo, por ejemplo. Una fórmula en la que Guaidó continúe la línea de confrontación y López juegue el papel de negociador inteligente podría ablandar la confrontación.
Superar la lógica del "todo o nada"
El infructuoso enfrentamiento en Caracas, que continúa polarizando y desgastando a la población, solo puede superarse con un acuerdo político. Pero ambos oponentes continúan apostando por la victoria total y ponen sus propias condiciones.
Ahora, la tarea de la comunidad internacional es hacerle ver a ambos protagonistas que ese empate es un callejón sin salida y las ventajas que tiene el diálogo. Una confrontación a cualquier precio solo afecta a la gente. Esperar a que los protagonistas y el pueblo se fatiguen no lleva a nada. Alemania, Europa y los países latinoamericanos deben ahora dejar de ser espectadores y de eludir la responsabilidad por la gente en Venezuela. Es hora de que una iniciativa a nivel de ministros de Relaciones Exteriores ponga fin a la inútil confrontación en Caracas.
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