Petróleo: Venezuela, mal preparada para una guerra especulativa
19 de noviembre de 2014La reunión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que tendrá lugar en Viena el 27 de noviembre es percibida como la más importante de los últimos años. Allí se someterá a votación la reducción de la producción de crudo para frenar su devaluación. En los últimos cuatro meses, el precio del “oro negro” ha caído hasta alcanzar su nivel más bajo desde 2010. El petróleo referencial Brent y el West Texas Intermediate llegaron a cotizarse en menos de 80 dólares por barril, haciendo sonar la alarma.
El secretario general de la OPEP, Abdalla Salem El-Badri, atribuye este “ciclo” a la saturación del mercado con crudo estadounidense extraído mediante la fracturación hidráulica de rocas, un costoso método conocido como fracking. Otros sospechan –aunque Riad lo niega– que Arabia Saudita manipuló el valor de sus barriles con miras a librar una guerra de precios, vendiéndolos más baratos a Estados Unidos para desestimular la extracción de lutitas bituminosas –rocas dotadas con una alta concentración de petróleo– en territorio norteamericano.
En Latinoamérica, esta situación perjudica sobre todo a Venezuela; de ahí que, con apoyo de Ecuador, Caracas insista en que la OPEP recorte las cuotas de producción, recordando que a fines de los noventa Arabia Saudita, México y Venezuela llegaron a un arreglo similar para enfrentar la crisis que derrumbó el precio del petróleo a 10 dólares por barril. Sin embargo, la constelación de circunstancias no es la misma: hoy, los países del Golfo Pérsico pueden tolerar la caída de precios por ser ésta una oportuna inhibidora del fracking en Estados Unidos.
Estados Unidos, en la mira
“Estamos ante un posicionamiento estratégico en contra de Estados Unidos, que de por sí tiene pocas posibilidades de continuar extrayendo petróleo de esquistos bituminosos si el precio del crudo sigue bajando”, apunta Claudia Kemfert, del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) de Berlín, enfatizando que el actual escenario se veía venir desde hace mucho. “Lo único nuevo son las crisis geopolíticas que alteran las expectativas del mercado, llevándolas en una dirección o en otra”, sostiene la economista.
“Con eso me refiero a las expectativas de inversionistas, especuladores y otros participantes del mercado. Es la especulación lo que altera el precio del crudo”, aclara Kemfert. No cuesta imaginar al Gobierno de Venezuela cruzando los dedos para que en la OPEP se llegue por lo menos a un compromiso: por ejemplo, un acuerdo para que la producción de sus miembros no sobrepase las cuotas establecidas. Actualmente se producen 500.000 barriles de petróleo diarios por encima de la meta oficial (30 millones bpd).
¿Precavidos presupuestos?
Nueve de cada diez dólares que entran a las arcas del Estado venezolano provienen de la exportación petrolera y éste recibe alrededor de 600 millones de dólares menos por cada dólar que el crudo venezolano pierde de valor en promedio anual. En junio valía 99 dólares; esta semana bajó a 70. El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que los presupuestos nacionales de 2014 y 2015 se calcularon simulando que el petróleo valía sólo 60 dólares y subrayó que su Gobierno cumpliría todas sus obligaciones aún si el barril baja a 40.
Pese al optimismo del mandatario, Venezuela perdió el 30 por ciento de sus ingresos en divisas en el último mes debido a la progresiva caída de los precios del petróleo. Esto amenaza con agravar la compleja crisis de ese país caribeño, que no es sólo económico-financiera, jurídico-institucional, política, sanitaria, social y alimentaria, sino también infraestructural, según Ana Soliz Landivar, investigadora del Instituto Alemán de Estudios Globales y Regionales (GIGA) de Hamburgo.
Venezuela, finanzas opacas
Venezuela, el país con las mayores reservas de crudo, se ha visto obligado a comprarle petróleo a Argelia para compensar el descenso de su propia producción y a importar gasolina tras un corte de energía que afectó las operaciones del Centro de Refinación Paraguaná, el mayor del país y el segundo del mundo. “No se ha invertido suficientemente ni en el mantenimiento de la red energética ni en el desarrollo de la industria petrolera venezolana. Y a eso se suma la errática política petrolera de Maduro”, explica Soliz Landivar.
“En su afán por obtener divisas rápidamente, el Gobierno anunció una posible venta de la refinadora de combustible Citgo –la mayor filial de Petróleos de Venezuela (PDVSA) en Estados Unidos y el mundo– y luego se retractó, habiendo sabido de antemano que esa oferta con sobreprecio no iba a ser atractiva”, comenta la especialista del GIGA, admitiendo que es difícil saber a ciencia cierta cuán debilitada quedará la economía local por el derrumbe de los precios del petróleo.
“Nadie fuera de la cúpula del Partido Socialista Unido de Venezuela tiene acceso a datos reales sobre las finanzas nacionales. Sin embargo, cabe prever que un descenso prolongado de los precios del petróleo de pie al colapso de la economía de ese país. Caracas puede pedir préstamos a sus aliados, pero a Rusia no le interesa el crudo que Venezuela ofrece a cambio de créditos y PDVSA ya no puede comprometer más su producción: Venezuela ya exporta crudo a China para pagar sus deudas pendientes con ella”, cierra Soliz Landivar.