"Colaboración" entre Maduro y oposición puede salvar vidas

"Milagro político en Venezuela: Maduro y Guaidó firman acuerdo por coronavirus", titula el diario El Espectador, como muchos otros medios este martes (02.06.2020). Todos hacían referencia a un comunicado leído en la televisión estatal de Venezuela por el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, en el que decía textualmente: "Ambas partes (aquí hace énfasis) proponen trabajar coordinadamente y con el apoyo de la OPS (Organización Mundial de la Salud), en la búsqueda de recursos financieros que contribuyan al fortalecimiento de las capacidades de respuesta del país" frente al coronavirus. Esa otra "parte" es la oposición representada en la mayoría de la Asamblea Nacional, no reconocida por el Gobierno de Nicolás Maduro.

Poco antes, el líder de la oposición, Juan Guaidó, había informado del avance en sus propios términos: "El Gobierno interino del Presidente encargado Juan Guaidó informa al pueblo venezolano que, tras varios meses de lucha, hemos conseguido que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) pueda recibir los fondos aprobados para ayuda humanitaria".

¿Se "doblegó" alguna de las "partes" y ante quién?  La representación de Guaidó no habla ni de "acuerdo" ni de "convenio" con el Gobierno de Nicolás Maduro. ¿Qué pasó entonces? "Aquí lo que hubo fue una pragmática y realista decisión, tanto del Gobierno de Nicolás Maduro como de la oposición liderada por Juan Guaidó", dice a DW Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos de la Universidad Andrés Bello, de Caracas, quien agrega que este "acercamiento" es producto de la amenaza real que la pandemia cierne sobre la vida de los venezolanos, y que también puede ser capaz de llevarse al régimen".

Reconocimiento "tácito" de la Asamblea Nacional

Una amenaza que llevó a un hecho inédito en Venezuela: "El reconocimiento tácito de la Asamblea Nacional por parte del Gobierno", afirma Alarcón. ¿Cómo sucedió? "Los convenios internacionales tienen que pasar por un proceso de aprobación legislativa, un requisito que la OPS exigía para cumplirle a sus donantes", explica el politólogo. Así que el Gobierno de Nicolás Maduro estaba en la disyuntiva: pedirle la aprobación a la Asamblea Nacional, que no reconoce, o dejar que la pandemia crezca tanto que arrase hasta con el Fuerte Tiuna, en donde realmente reside.

Por su parte, a la oposición no le quedaba otra cosa que hacer. Guaidó mismo había pedido la ayuda e impedirla ahora era imposible. "Nuestro compromiso siempre ha sido que ese dinero sirva para atender urgentemente las deficiencias del sector salud y que la ejecución de estas donaciones esté en manos de organismos internacionales con experiencia en el manejo de crisis humanitaria y no por la dictadura", dice la opositora y Subcomisionada Presidencial para las Relaciones Exteriores, Isadora Zubillaga.

Así, el documento de "colaboración" lleva la firma de Julio Castro, asesor en temas de Salud de la Asamblea Nacional (AN) y uno de los principales infectólogos de Venezuela, al lado de la de Carlos Alvarado, ministro de Salud de Nicolás Maduro. Como testigo, funge el representante de la OPS en Venezuela, Gerardo de Cosio.

La oposición firma, el Gobierno gana. ¿Pero y las vidas?

Pero también en Venezuela, la lucha por el poder puede estar por encima de la vida. "Una vez tuvo el Gobierno la firma en sus manos, filtró la información para insinuar que la oposición se había rendido, en secreto", resalta Benigno Alarcón. ¿Quién gana, quién pierde con ésto? "Gana el Gobierno. Pierde la oposición", es la escueta respuesta del analista a DW, y explica las razones: "El ala más radical de la oposición no acepta ni le perdona a Guiadó absolutamente ningún acercamiento con el Gobierno". Una postura que bien conocen los estrategas de Nicolás Maduro: "Por eso salen a confirmar una supuesta filtración -que ellos mismos lanzan- para desprestigiar el liderazgo de Guaidó y aumentar las divisiones", es la explicación de Alarcón, máster en Seguridad y Defensa, quien concluye que hay que tener en cuenta que en Venezuela "hay una fuerte 'oposición' dentro de la oposición".

"Carta de intención" puede salvar vidas

Para el psiquiatra Carlos Walter, director del Instituto de Desarrollo y Salud de la Universidad Central de Venezuela, lo rescatable de todo esto es que se haya firmado, por lo menos una "'carta de intención' entre dos poderes, el ejecutivo y el legislativo, representado por la Asamblea Nacional, con la Organización Panamericana de la Salud, como testigo". Según el médico, "el Gobierno de Maduro se ha dado cuenta de que nadie le cree el supuesto exitoso manejo de la pandemia, puesto que las cifras reales se parecen más a las publicadas por la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela". 

El pasado 8 de mayo, dicha institución publicó el único reporte científico, hasta ahora, sobre la posible evolución de la pandemia en Venezuela. En él calcula hasta 4.000 casos por día en junio de 2020 y sugiere una posible táctica del subregistro de los casos de coronavirus por el Gobierno de Nicolás Maduro. Tras dicha publicación, Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, invitó a "que los organismos de seguridad visitaran a esa gente…". Una amenaza que la comunidad científica venezolana rechazó unánimemente, y que también fue respaldada por la ONG Alianza Venezolana por la Salud. 

No hubo ni milagro ni acuerdo, y menos convenio

En conclusión, no hubo un "milagro" en Venezuela, ni tampoco "acuerdo" y menos un "convenio". "Hubo aterrizaje en la realidad", coinciden Walter y Alarcón. Sencillamente, "la realidad ha hecho cada vez más evidente el fracaso del manejo de la pandemia por parte de Maduro", es la conclusión del especialista en salud pública Carlos Walter, quien recuerda que "en Venezuela solo el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel puede realizar las pocas pruebas de coronavirus que se hacen, no porque otros no puedan sino porque el régimen quiere mantener controlada la poca información".

Un informe de Naciones Unidas sobre la pandemia en Venezuela reveló el 24 de mayo que sólo se han realizado 16.577 pruebas PCR para detectar COVID-19. Esto representaría un 2,3 por ciento del total de pruebas realizadas. Según la ONU, "el Instituto Nacional de Higiene aumentó su capacidad de procesamiento de 100 a 600 pruebas PCR por día". Aún así, es una capacidad que contrasta con la de países como Perú, donde se realizan 10.000 pruebas diarias". Por lo demás, el Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel reportó este 3 de junio 133 nuevos casos. "Un absurdo", según el profesor de la Universidad Andrés Bello.

En medio de la guerra por las cifras, lo cierto es que el coronavirus está recreando en Venezuela escenarios machiavélicos en donde los protagonistas que se doblan por salvar el poder, salen como ganadores. Y los que ceden para ganar vidas, aparecen como los perdedores.

(vt)

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