Ein Schicksalstag
9 de noviembre de 2009Este 9 de noviembre se celebra el 20 aniversario de un hecho que cambió el mundo: la caída del Muro de Berlín. En menos de un año, el 3 de octubre de 1990, se reunificaba Alemania, después de haber pasado 41 años dividida. La desaparición de la última dictadura sobre suelo germano, el régimen comunista de la República Democrática Alemana, se llevó consigo a los restantes "real socialismos" del mapa europeo. Concluía el conflicto este-oeste. Ese 9 de noviembre de 1989 fue un día decisivo para el destino de Alemania y Europa, pero no el único. En el calendario histórico alemán, la fecha aparece marcada como significativa en más de una ocasión.
El final de una monarquía
Era el 9 de noviembre de 1918 cuando el socialdemócrata Philipp Scheidemann salió al balcón del Reichstag berlinés. "Trabajadores y soldados: sed conscientes de la importancia histórica de este día", gritó el político, "algo inaudito ha sucedido. La tarea que nos espera es grande e impredecible. ¡Todo para el pueblo, todo por el pueblo! Nada debe acontecer que deshonre al movimiento obrero. Manteneos unidos, sed fieles y conscientes de vuestras obligaciones. ¡Viva lo nuevo! ¡Viva la república alemana!". Estas palabras anunciaban el final del reinado del emperador Guillermo II y el comienzo de la República de Weimar.
La primera democracia alemana lo tuvo difícil desde el principio. Tanto por la izquierda como por la derecha quisieron acabar con ella. El 9 de noviembre de 1923, los nacionalsocialistas marchaban por las calles de Múnich, guiados por Adolf Hitler. 10 años más tarde, el líder nazi tomaría el poder y conduciría al mundo a una de sus mayores catástrofes: la II Guerra Mundial.
Arden las sinagogas
Camino a la segunda Gran Guerra, los judíos fueron siendo expulsados paulatinamente de Alemania- antes de pasar, a partir de 1942, a ser víctimas del exterminio sistemático. El 9 de noviembre de 1938, las sinagogas ardían en todo el país. Los comercios con propietarios judíos fueron saqueados; unos 100 judíos asesinados; 26.000 deportados a campos de concentración. En alemán, al pogromo se le denominó cínicamente "noche de los cristales del imperio", lo que en español pasó a denominarse la "Noche de los Cristales Rotos". Aquí se estaba asistiendo al "ensayo general" del Holocausto. Robert Ley, el jefe del Frente de Trabajadores Nacionalsocialistas, no ocultaba las intenciones de los suyos: "Judas tiene que caer y caerá. ¡Judas tiene que ser y será eliminado! Ésta es nuestra sagrada creencia".
Sin pasaporte
Entre los 9 de noviembre históricamente relevantes, el de 1938 representa el capítulo más oscuro. Todo lo contrario que el de 1989, el día en que cayó el Muro de Berlín. "Increíble" fue la palabra más escuchada durante aquella noche. Nadie se esperaba que la frontera de la RDA fuera a abrirse. Las protestas contra el Politburó y el Partido llevaban meses sucediéndose. Miles de personas habían huido del país a través de Hungría y las embajadas alemanas en otros Estados comunistas. La presión para que se concedieran permisos de viaje crecía día a día. Cuando en una rueda de prensa internacional se anunció que tales autorizaciones serían otorgadas inmediatamente, ya no hubo marcha atrás posible.
Una masa de personas se lanzó contra las fronteras que partían en dos Berlín. La alegría explotó. "Primero sólo nos dejaban salir de uno en uno pero después han tenido que abrir la valla. Y ahora podemos pasar todos sin enseñar el pasaporte, podemos irnos sin nada. Sin controles. Ni siquiera llevo encima una identificación", decía feliz un ciudadano de la RDA.
Con el primer agujero en el Muro de Berlín se inició el derrumbe de todo el sistema político que durante casi medio siglo había dominado en la parte oriental del país. Por cuarta vez, un 9 de noviembre hacía historia en Alemania.
Autor: Marcel Fürstenau/ Luna Bolívar
Editora: Emilia Rojas