Unión Europea: la hora de la verdad
2 de junio de 2005La reacción de los jefes de Estado y Gobierno europeos es generalizada: decepción y preocupación. El claro "no" de los holandeses, después de un casi tan vehemente "no" de los franceses despierta una profunda preocupación sobre el futuro del proyecto europeo.
"Es hora de que los jefes de Estado y Gobierno de la UE comiencen a pensar sobre las consecuencias en la próxima cumbre", recomienda el presidente francés, Jacques Chirac. Una exhortación que a la luz de los acontecimientos podría parecer un poco atrasada.
El análisis del antiguo ministro francés de Asuntos Europeos, Pierre Moscovici, es contundente: "Después del referendo francés la Constitución europea resultó gravemente herida, tras el ´no` holandés posiblemente esté incluso muerta."
¿Siguen Gran Bretaña y Polonia?
La ratificación de la Magna Carta hoy, por parte del Parlamento letón, por gran mayoría de 71 votos contra 5 en contra y 24 abstenciones, no resta importancia al hecho de que en dos de los seis estados fundadores de la Unión Europea se haya rechazado.
A esto se suma que, a pesar de los esfuerzos de sus homólogos que demandan que se prosiga con el proceso de ratificación, es muy probable que también el primer ministro británico, Tony Blair pida a sus colegas, en la cumbre a efectuarse el próximo 16 y 17 de junio en Bruselas, posponer la ratificación.
A la luz del gran escepticismo británico ante la "visión europea", a Blair le resultará muy difícil despertar suficiente entusiasmo por la Constitución. Un "no" británico podría representar el fin de su carrera política, lo que previsiblemente tratará de evitar.
También en Polonia, que tampoco ha ratificado la Constitución, crece el escepticismo. El ministro de Relaciones Exteriores polaco, Jan Truszczynski se limitó a indicar a la prensa que "ha empeorado todavía más la ya de por sí difícil situación".
Después de niño ahogado…
Los jefes de Gobierno y Estado de la UE se concentrarán en la búsqueda de respuestas a la crisis en su próxima reunión y bien harían en escuchar finalmente a los ciudadanos.
"Poco democrática, poco transparente y difícil de comprender", es como calificó uno de los grandes escritores holandeses contemporáneos, Leon de Winter, a la Constitución. De Winter no oculta que votó con un "no" el miércoles. Su explicación es simple: "Si le pusieran un documento bajo la nariz que usted no comprende, y le pidieran que lo firme: ¿Qué le recomendaría su abogado? Muy sencillo, todo, menos decir que sí."
El rechazo de la Constitución por parte de los holandeses no significa sin embargo estar en contra de Europa. Pero aún hay muchos motivos para no apoyar el proyecto europeo. Hasta el momento es una abstracción que despierta desconfianza. Muchos piensan igual que de Winter, quien indica que la Constitución no es más que un compendio desarrollado por una elite de burócratas y políticos en Bruselas, complejo, incomprensible y poco democrático.
Francia y Holanda evidencian el descontento, el rechazo y la desconfianza entre los ciudadanos europeos. Es hora de que se inicie la discusión sobre Europa.