¿Acuerdo entre iguales?
18 de enero de 2012
Puntualmente con la presentación ante el Parlamento alemán de un documento de propuesta para la fundación de un Acuerdo de Asociación (AdA) entre la Unión Europea y Centroamérica, organizaciones alemanas de movimientos civiles advierten que la entrada en vigor de un Tratado de Asociación empeorará la situación económica y social de la población de dichos países y piden que se detenga el proceso.
Las organizaciones firmantes, entre ellas, el Centro de Documentación Chile- Latinoamérica (FDCL), con sede en Berlín, la Oficina Ecuménica para la Paz y la Justicia, con sede en Múnich, y la Oficina de Información Nicaragua, con sede en Essen, entre otras, advierten que los grandes países industrializados han fracasado hasta ahora en encontrar un acuerdo con los países del hemisferio sur en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), para garantizar la protección a las inversiones, la igualdad en el trato a empresas nacionales y extranjeras, el derecho a la libre competencia, el compromiso de someter a licitaciones públicas la adjudicación de contratos, así como la reducción de trabas comerciales.
Según un comunicado conjunto, dichas organizaciones advierten que la Unión Europea logrará imponer estas aspiraciones de libre mercado en países más débiles, en donde los consorcios europeos ven grandes oportunidades en el área de inversiones, servicios y licitaciones públicas, y buenas posibilidades de imponerse respecto a la competencia local.
El acceso a recursos naturales
“En primer lugar lo que la Unión Europea persigue con un Acuerdo de Asociación es condiciones de paridad con respecto a las condiciones que gozan las empresas estadounidenses a través del CAFTA que entró en vigor hace cinco años. La UE espera para sus empresas y consorcios por lo menos obtener las mismas condiciones, sobre todo en el campo de inversiones”, afirma el representante de la Oficina de Información Nicaragua, Klaus Hess. El experto señala que lo que está en juego es el acceso a recursos naturales como agua, biodiversidad, tierra y energía.
Según Hess, organizaciones amigas centroamericanas, sobre todo de pequeños agricultores, temen consecuencias negativas al reducir sus aranceles comerciales a las importaciones europeas y se oponen a las demandas de liberalización comercial que plantea la UE.
En la cumbre UE-AL y el Caribe en Viena en 2006 comenzaron las negociaciones para suscribir un Acuerdo de Asociación que según la Comisión Europea podría ser firmado en junio de 2012 y entrar en vigor este otoño una vez aprobado por el Parlamento Europeo.
El acuerdo, que comprende un capítulo de diálogo político, uno de cooperación al desarrollo y una zona de libre comercio entre ambos bloques fue firmado en la cumbre de la UE –AL y el Caribe en Madrid en 2010.
Política Agraria Común europea
Según el jurista salvadoreño René Alberto Langlois, uno de los principales obstáculos por parte de algunos países centroamericanos a la suscripción del acuerdo ha sido la llamada Política Agrícola Común europea (PAC), que no solamente abarca la agricultura sino también la pesca y la comercialización de dichos productos.
El Sistema Generalizado de Preferencias (SGP) de la Unión Europea ha permitido la importación de muchos productos centroamericanos sin pagar aranceles o con aranceles preferenciales, pero la exclusión de ciertos productos donde Centroamérica tiene ventaja competitiva, como el banano, ha sido motivo de conflicto.
“La reducción de aranceles a las importaciones de banano costarricense a 75 euros la tonelada en la próxima década ha sido celebrado por los costarricenses como un éxito”, afirma Jana Rauch en un reporte de la Fundación Konrad Adenauer. Según Rauch el acuerdo contempla una cláusula que permite la posibilidad de que Centroamérica aumente sus aranceles en caso de que se vea inundado de productos subvencionados.
Klaus Hess ve el proceso con ojos más críticos y afirma que la liberalización del comercio ha repercutido negativamente en la agricultura en Centroamérica, por lo menos en lo que se refiere al CAFTA pactado hace cinco años con Estados Unidos.
“Los países se han visto inundados con productos subvencionados como el maíz y el arroz. También de carne de cerdo y derivados de leche, donde el pequeño agricultor centroamericano no puede competir con los productos provenientes de Estados Unidos, altamente subvencionados", advierte.
Costa Rica, mejor parada
Según Klaus Hess, con excepción de Costa Rica, donde hay una infraestructura más desarrollada, en la región se encuentran países con una economía más débil, como Nicaragua, que es incapaz de competir en la producción de arroz, Honduras, con un sector agrícola fuertemente dependiente, y El Salvador también por estar orientado a la producción de lácteos, de arroz y carne de cerdo como primera línea de producción.
El experto recuerda el caso de las multinacionales españolas en América Latina, que se han establecido con la promesa de invertir, como Endesa en Nicaragua, que se ha apropiado prácticamente del sector energético en el marco de la ola de privatizaciones con la promesa de invertir. Como no invirtió, el gobierno quería nacionalizar el sector nuevamente y Endesa amenazó con levantar una demanda ante los tribunales internacionales exigiendo compensaciones por las ganancias perdidas.
Las organizaciones alemanas temen que una vez suscrito, el Acuerdo de Asociación dará los instrumentos legales para que los consorcios puedan demandar a un país centrroamericano cuando vean sus inversiones en peligro. “Cuando un consorcio local se lleva el contrato, por ejemplo, lo que impide que un gobierno busque preservar los intereses nacionales, cuando decide promover la producción local”.
Autora: Eva Usi
Editor: Pablo Kummetz