Unificación de la moneda cubana, "con final incierto"
23 de octubre de 2013La unificación de la moneda cubana es una de las medidas más esperadas y también más controvertidas del plan de reformas de Raúl Castro. Cuba es el único país en el mundo en el que desde 1994, tres años después del colapso de la Unión Soviética, conviven dos monedas: el peso cubano (CUP), con el que los empleados públicos y la mayoría de los cubanos cobra su salario y paga productos y servicios básicos, y el peso cubano convertible (CUC), que equivale a 25 pesos cubanos y está equiparado al dólar, también llamado “chavito”, con el que los cubanos adquieren la mayoría de los productos básicos en las tiendas. Sin embargo, algunos deben pagar en CUC artículos como aceite o pasta dentífrica, algunos productos importados y las tarifas de internet en cibercafés u hoteles.
“En principio, se trata de un anuncio muy cauteloso de medidas que se está pensando introducir. No se trata de la eliminación inmediata de la dualidad monetaria. Tampoco se sabe exactamente cuándo sucederá. Se extenderá durante un largo período que, seguramente, durará más de un año”, explicó Bert Hoffmann, director del Instituto de Estudios Latinoamericanos del GIGA (German Institute of Global and Area Studies), de Hamburgo, en conversación con Deutsche Welle.
¿Una buena medida para los cubanos?
Con un salario promedio de 466 pesos cubanos, que equivalen a unos 20 CUC, un cubano puede comprar jabón, una o dos pequeñas botellas de aceite y algo de pollo. El sistema de dualidad monetaria es motivo de tensiones y enojo entre la población cubana debido al gran desequilibrio entre los ingresos reales y el precio de los productos, 25 veces más alto. Asimismo, es un factor de ineficiencia en la contabilidad de las empresas estatales.
Según Bert Hoffmann, “se está iniciando una igualación paulatina de los cursos de ambas monedas, que actualmente es de 1 a 25, de reducir la diferencia entre ambas, con la esperanza de que la gente pase sus ahorros del CUC al CUP, el peso cubano. Eso se reflejaría en un aumento de la demanda interna y, por supuesto, desencadenaría una devaluación del CUC y una revaluación del CUP, con lo cual ambos se equilibrarían. Esa es la intención”. De ese modo, se espera que la unificación monetaria en Cuba conduzca a una mayor productividad económica.
Cuba es un país exportador de materias primas, como la caña de azúcar, pero tiene al turismo como otra de las principales industrias. Justamente en ese sector, la reforma podría ser muy interesante. De acuerdo con Bert Hoffmann, “se crearán más posibilidades de comprar una mayor cantidad de productos en pesos cubanos en las tiendas recaudadoras de divisas. Pero primero en pequeña medida.”
La bloguera Yoani Sánchez tuiteó: "Un doctor gana máximo 600 CUP al mes, unos 25 CUC, o sea 30 dólares.” “El fin de la dualidad monetaria es hoy por hoy, una de las demandas de cambio más populares entre cubanos #NoMásEsquizofreniaEconómica”. Acerca de eso, Bert Hoffmann djio a DW que “aún está por verse si la población se verá realmente beneficiada con la medida. Lo que tendría que suceder, por ejemplo, es que un maestro cubano, que gana entre 230 y 270 pesos, también pudiera comprar productos importados con su salario, dice.” Pero para eso, el Estado tiene que ser capaz de importar productos pagando con su moneda local. Poder comprar bienes en la divisa internacional y venderlos en pesos cubanos es un proceso muy caro para el Estado. “Ese proceso solo puede ser llevado a cabo de manera experimental en tanto ambas monedas conserven un valor tan desigual."
Es decir que la población cubana se beneficiará concretamente solo si aumenta el poder adquisitivo del peso cubano. “Pero la medida es en sí misma correcta e inevitable, ya que, si se introduce un plan de reformas como el que está llevando a cabo el Gobierno de Raúl Castro, el mecanismo de los precios se torna cada vez más importante”, subraya Bert Hoffmann, “y ese sistema de precios no funciona en absoluto en Cuba, ya que todo el mecanismo está distorsionado por la división de la moneda.”
Incertidumbre y peligro de un mercado negro
El propio Raúl Castro reconoció que el sistema no funciona. “El fenómeno de la dualidad monetaria constituye uno de los obstáculos más importantes para el progreso de la nación”, dijo Castro recientemente. La unificación se hará “a fin de garantizar el restablecimiento del valor del peso cubano y de sus funciones como dinero, es decir de unidad de cuenta, medio de pago y de atesoramiento”, explicó el mandatario en un comunicado publicado por el diario oficial Granma. “No es una medida que resuelve por sí sola todos los problemas actuales de la economía, pero su aplicación es imprescindible a fin de garantizar el restablecimiento del valor del peso cubano y de sus funciones como dinero”, había anunciado Castro hace tres meses.
La medida, sin embargo, también podría hacer que la gente prefiriese cambiar los CUC por dólares o euros, debido a la incertidumbre que produce la reforma económica por una posible devaluación del CUC. “Eso sería un efecto secundario de la medida”, señala Bert Hoffmann, “sólo cuando ambas monedas estén más balanceadas se podrá hablar de unificación de la moneda cubana. En este momento es muy difícil aún igualar dos monedas con una diferencia de 1 a 25”.
Cambio gradual
“Si se lleva a cabo una reforma del mercado, aunque sea limitada, eso debe tener un efecto de arrastre real en los precios. Por eso, la medida es urgentemente necesaria, pero tiene un final incierto, y por eso se la está ejecutando de manera gradual y con mucha cautela”, dice Bert Hoffmann.
El cambio se hará gradualmente. En una primera fase, las empresas estatales serán las más afectadas, y ya hay un programa piloto con un grupo de empresas que operan con una tasa de cambio intermedia de 10 pesos cubanos por un CUC.
Aunque no se conocen fechas concretas para la eliminación de la doble moneda, y los analistas consideran que la unificación será paulatina, la unificación monetaria debería poder ponerse en práctica a finales de 2015, cuando se complete el plan de reformas puesto en marcha por Raúl Castro.