Una serie de infanticidios desafía al Estado alemán
19 de diciembre de 2007
El número de casos de infanticidios aumenta y representa un desafío para el Estado. Todavía están frescas en la memoria las imágenes de los cinco pequeños féretros de Schleswig Holstein, al norte del país, donde se encuentra la pequeña localidad de Darry. Ahí vivían los niños, de entre tres y nueve años de edad, que fueron asfixiados por su madre, una mujer desequilibrada que pretendía después suicidarse. Días antes, una llamada anónima denunciando violencia doméstica, condujo a la policía berlinesa a un departamento sucio y lleno de basura en donde vivían tres niños de entre uno y seis años de edad, en estado de desnutrición. También en Berlín, la policía rescató a tres niñas abandonadas que lloraban en una ventana llamando a su madre. Ésta se había ido de bares y volvió dos días después en estado de ebriedad.
El viernes 7 de diciembre fueron encontrados otros dos bebés muertos. En una localidad del estado de Turingia, en el este del páís, murió un bebé poco después de su nacimiento porque fue abandonado por su madre. En otro caso en Berlín, a policía descubrió en un departamento el cuerpo sin vida de una niña junto a su madre muerta por una sobredosis de heroína. En noviembre pasado, el caso de la pequeña Lea Sophie, una niña de cinco años de edad, que murió pesando 7,4 kilos, conmocionó al país. Estuvo encerrada en un cuarto durante meses, sus padres dejaron que muriera de inanición. Unos diez casos de infanticidios en el lapso de poco más de una semana han hecho sonar todas las campanas de alarma.
Buscando las causas
Según cifras de la policía criminalística (BKA), cada semana tres niños mueren víctimas de maltrato, abandono o asesinato por parte de sus padres. Aunque la tendencia indica que el problema es mayor en la parte oriental del país, casos como el de los cinco infantes de Schleswig Holstein, en la parte occidental, comprueban que el problema es general. “Lo que resulta definitivo es el índice de pobreza”, afirma Birgit Pohl, portavoz de la Confederación Alemana de Protección a la Infancia, en conversación con DW-WORLD. La organización con sede en Hannover, es techo de 425 asociaciones existentes en toda Alemania dedicadas a la protección de los niños. El maltrato infantil y la pobreza parecen vinculados irremediablemente. En Berlín, una ciudad donde la pobreza es más perceptible hay alrededor de 300 000 niños que viven en situación de estrechez.
La pobreza en un país industrializado como Alemania se refleja en la marginación social que los niños sufren como un estigma. “Si son invitados a una fiesta de cumpleaños no van porque les da vergüenza ir sin regalo, no participan en ningún club o deporte porque está asociado a gastos que sus padres no pueden financiar, tampoco van a excursiones escolares, el resultado es un progresivo aislamiento social”, afirma Pohl.
De 1 900 casos de maltrato infantil registrados en 1995, la cifra se disparó a 3 000 en el 2006. Mientras que en Berlín se registró un promedio de 17 casos de maltrato infantil por cada 100 000 habitantes en los ricos estados federados de Baviera o Baden Wuttenberg, al sur del país, la proporción fue de 2 casos por cada 100 000 habitantes. Unos 2,6 millones de niños están afectados por la pobreza en el país, “un círculo vicioso porque esos niños serán los padres con poca educación y pocas oportunidades de otros niños pobres material y espiritualmente”, afirma Pohl.
Cumbre para prevenir el maltrato
La canciller alemana, Angela Merkel, convocó a los jefes de gobierno de los 16 Estados federados a una Cumbre Infantil para deliberar sobre cómo evitar las tragedias que tienen por víctimas niños indefensos. La presión de la sociedad aumenta y las estructuras sociales, como la familia, desaparecen. Ya no está la abuela o una tía que puede asistir a los hijos de padres con problemas. Los políticos llegan con sus propuestas a la cumbre convocada por la jefa de gobierno, como la del presidente del Partido Socialdemócrata y jefe del Estado de Renania Palatinado, Kurt Beck, quien propone ampliar el artículo 6 de la Ley Fundamental (Constitución), que regula la protección del matrimonio y la familia, con la frase: “Cada niño tiene derecho a su desarrollo y al desarrollo de su personalidad, a una educación libre de violencia y a una protección especial frente a la violencia, el desamparo y la explotación".
Merkel quiere poner en marcha un sistema de alerta temprana en casos de familias con problemas. Un sistema que las vincule mejor con autoridades e instituciones sociales y que, según la prensa alemana, estará coordinado por un Centro Nacional de Ayuda Temprana. A partir de abril de 2008, dicho centro pondrá en marcha distintos mecanismos para la prevención de la violencia contra la infancia a través de una compleja red que enlazará a nivel federal, estatal y municipal a las instituciones sociales, de salud, de justicia e incluso a la policía. La propuesta es una especie de catálogo de medidas que acompañarán a las familias a partir del embarazo, sometiendo a los niños, por ejemplo, a exámenes médicos periódicos y exhaustivos. Se trata de que este sistema de prevención alcance a todos los niños.