¿Una segunda primavera para la energía nuclear?
24 de abril de 2006El diario parisino La Tribune comenta: "Este vuelo de altura del oro negro se explica quizá por sobre todo con una nueva relación de fuerzas geopolíticas. Aquellos que tienen en sus manos el arma del costoso petróleo quieren ejercer su poder, y saben que tienen muy poco tiempo, presumiblemente sólo algunos años para accionar la palanca […] En esta situación, los países consumidores con regímenes democráticos se sienten bastante desvalidos y nerviosos. Basta con mirar a los ministros de Finanzas del G-7: Cuando esta semana sugierieron a los productores aumentar la explotación del crudo, la OPEP -que nunca antes había producido tanto como actualmente, incluyendo a Irán- pudo negarse a ello, con una facilidad desarmante".
El País de Madrid opina: "Las crisis de los años 1973 y 1980 respondían a factores de inestabilidad política que provocaron bruscas subidas de precios, aunque en el segundo caso se registraría luego una recuperación a los niveles anteriores a la crisis. A los riesgos geopolíticos de entonces, que se repiten en el golfo Pérsico y en Nigeria, se añade hoy el temor de que el continuo aumento de la demanda llegue a superar la oferta. En definitiva, que no haya petróleo suficiente para todos por mucho que suba su precio […]. En este contexto se hace inevitable una reconsideración de la opción nuclear; de hecho, ya está en marcha. La energía nuclear tiene el grave problema de los residuos radiactivos".
El periódico Neue Osnabrücker Zeitung de Berlín apunta: "Hay elecciones parlamentarias cerca y para ello, por lo menos en Estados Unidos, los altos precios de la gasolina no son buenos. Se comprende, entonces, que el presidente Bush se ponga nervioso. Sin embargo, se lo hace demasiado fácil buscando en la lejanía las causas de la tensa situación de precios y suministro. Su gobierno podría aportar mucho a la solución de la crisis. Por ejemplo cambiando el rumor de sables con que amenaza al gobierno iraní y a su proyecto atómico por una diplomacia visionaria y a largo plazo. Con el curso seguido hasta ahora; Bush no ha hecho más que fortalecer al azuzador Ahmadineyad e intranquilizar los mercados de crudo. Por eso, Bush es quien ahora menos derecho tiene a quejarse".
Libération, rotativo parisino, también se ocupa del mercado de energía y escribe: "Chernóbil representa para la energía atómica civil lo que Hiroshima representó para la militar: algo que si bien atemoriza, no asusta lo suficiente como para llevar a la humanidad a cerrar el `capítulo nuclear´. No se pone en duda que esta catástrofe llevó a los productores de energía a distanciarse de este tipo de energía, en los últimos veinte años. Sin embargo, ése es sólo uno de los factores. Pues, entretanto, a pesar del aniversario el drama de Ucrania ha pasado a un segundo plano y el precio del crudo ha superado todos los límites y los adeptos de la energía nuclear sueñan, ahora en voz alta, con una segunda primavera".