Una rubia gigante en Hamburgo
5 de agosto de 2011Publicidad
Una súper rubia de unos cuatro metros de alto y veinte de largo, labios pintados y piernas abiertas se bañará ahora por diez días en el Binnenalster –el lago interior del río Alster, en Hamburgo.
Durante su instalación hubo que vencer dificultades técnicas para garantizar su estabilidad, pero al final se logró anclar sus piezas de acero y poliestireno. Tras semanas de luchar, además, con diversas trabas burocráticas, la polémica obra del artista Oliver Voss tomó su lugar bajo un sol radiante, en la norteña ciudad alemana.
Voss, antiguo presidente de la agencia publicitaria germana Jung von Matt y presidente de la Miami Ad School de Hamburgo, no sólo planeó y creó la pieza, sino que peleó por exhibirla donde hoy lo hace. “Quería devolverle algo a la ciudad que tanto me ha dado”, dijo una vez concluida su instalación. Para ello trabajó durante dos meses, asistido por varios especialistas.
Piezas flotantes sostienen ahora la cabeza y las rodillas gigantes, estabilizadas con boyas y sacos de piedras, mientras la rubia observa a los transeúntes.
Polémica obra de arte
“Un espectáculo innecesario”, fue lo primero que pensó Peter Scheibner, uno de tantos espectadores durante la instalación de la rubia esta semana en Hamburgo. Pero luego entendió el mensaje del artista, dice. La sirena es una visión de futuro, que clama por más conciencia ambiental: “nosotros, como la rubia, deberíamos poder a bañarnos en el lago algún día”, interpreta Scheibner.
La instalación fue financiada por una gran marca inglesa de cosméticos asentada en Hamburgo. Su fundadora, Marcia Kilgore, dice que se trata de un regalo a la ciudad hanseática, en la que su firma ha cosechado grandes éxitos. A la pregunta por los costos Kilgore se limita a responder que su empresa desembolsó, “con gusto”, el doble de lo planeado.
Pero no fue tan fácil instalarla. El máximo representante del distrito céntrico, alrededor del lago, puso objeciones hasta el último momento. Pero la Autoridad para el Desarrollo Urbanístico y el Medio Ambiente (BSU), que es quien decide sobre las aguas de la ciudad, aprobó y apoyó el proyecto.
“La gran sirena no quiere provocar sino invitar a redescubrir el lago interior de Hamburgo”, dice Voss. Es también por eso que insistió en que no colgara de ella ningún tipo de anuncio publicitario, aunque se trata de un proyecto artístico que promueve tanto a la ciudad como a la industria creativa asentada en ella.
Autor: RML/dapd/dpa
Editora: Emilia Rojas Sasse
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