Una deuda con el pasado
13 de noviembre de 2002"Las corporaciones ayudaron e instigaron un crimen contra la humanidad cuyo persistente daño social requiere reparación urgente. Obtuvieron ganancias masivas mientras el sufrimiento de las víctimas del apartheid se intensificaba", dijeron el grupo de activistas por los derechos de las víctimas de Khulumani y la organización Jubilee South Africa en un comunicado conjunto.
No se especificó el monto estipulado en concepto de indemnizaciones en la demanda de Khulumani pero se prevé que podrían sumar miles de millones de dólares.
Un embargo con poco efecto
En 1977 la ONU impuso un embargo de armas a Sudáfrica, y en la siguiente década los Estados Unidos y la Comunidad Europea organizaron un bloqueo económico para presionar a Sudáfrica a terminar con el apartheid.
La rama alemana del grupo, Daimler-Benz, que fusionó en 1998 con el estadounidense Chrysler, es acusada de haber levantado el embargo sobre las ventas de armas, con el aprovisionamiento de aproximadamente 2500 vehículos militares Unimog para el Ejército y la Policía. La empresa metalúrgica Rheinmetall es acusada de haber exportado, por vías secretas, una fabrica completa de munición a Sudáfrica.
Apoyo a la demanda
La ONG Medico International, con sede en Berlín apoya la demanda de Khulumani. "La gente en Sudáfrica ha sufrido injusticia y necesita una compensación", subraya Thomas Gebauer, jefe directivo de la organización. "Las compañías se han aprovechado durante años del régimen del apartheid en Sudáfrica, sabiendo de los crímenes cometidos en es país", dijo Gebauer.
La Deutsche Bank y Daimler-Chrysler no quisieron comentar las acusaciones y quieren estudiar primero la demanda.
En la junta de accionistas de 1986, el entonces presidente de Daimler-Benz, Werner Breitschwerdt, pronunció una frase memorable: Señoras y Señores, nosotros rechazamos tajantemente el sistema del apartheid en Sudáfrica." Es hora de hacer verdad los dichos.