Un transplante esperanzador
7 de mayo de 2004Por primera vez en Alemania, el grupo de médicos en torno al Dr. Günter Kirste, catedrático de la Universidad de Friburgo, logró hacer un transplante de un órgano de un donador vivo, cuyo grupo sanguíneo es diferente del tipo de sangre del paciente. Lo realmente nuevo en esta operación es que a pesar de la incompatiblidad de sangres de ambos, la operación fue un éxito.
Esto da esperanzas a miles de personas que en Alemania esperan por un órgano que les salve la vida. Actualmente la cantidad de nombres en la lista de espera llega a los 14.000. El promedio de la espera ronda los seis años. Así lo informa, Eurotransplant, la Agencia europea de Coordinación para la Donación de Órganos, que tiene su sede en Leyden, Holanda. Y es que, por ejemplo, los pacientes que requieren de diálisis sólo pueden aceptar un órgano de un donante vivo. Con el método desarrollado por Kirstes no sólo que la espera se reduce considerablemente, sino que el número de transplantes puede ser multiplicado.
Vacantes nuevas
Para la medicina, especialmente para el ramo de la transplantación en Alemania, esto es un paso adelante, que para los jóvenes médicos significan nuevas puertas abiertas en el país. Hasta el momento, muchos de ellos habían tenido que salir del país. El fallo del Tribunal Federal de lo Social en diciembre del año anterior hizo posible, algo que hasta ese momento era considerado ilegal y anti ético.
El método
El paciente debe someterse a un tratamiento especial: un lavado de sangre, lo que significa que se elimina de ella los anticuerpos que rechazarían el el órgano extraño. Antes de la operación, el paciente debe también ingerir medicamentos que bloquean las células encargadas de producir esos anticuerpos. En el post operatorio no se da el rechazo, porque también los glóbulos rojos del órgano donado han sido eliminados.
Este método, que fue utilizado por primera vez en Alemania el 1° de abril con un hombre de 62 años, se utiliza ya en Japón, Suecia y Estados Unidos. El promedio del tiempo de espera es en Estados Unidos dos años, y en Suecia, entre seis y nueve meses. El éxito obtenido por el grupo de Kirste pone de manifiesto que el camino del cultivo de células madres no es el apropiado, así lo declaró la presidenta de la Comisión alemana "Ética y derecho de la medicina moderna", Julia Klöckner. Los esfuerzos de la medicina y la política deben encaminarse, entonces, hacia campañas de información para que aumente la disposición de las personas a donar órganos, por ejemplo después de una muerte cerebral.