“Un mundo secreto”: desazón juvenil en México

“María, algún día alguien descubrirá lo increíble que eres”, escribe María (Lucía Uribe) en su diario sobre sí misma mientras viaja sola en autobús para cumplir su sueño de conocer a las ballenas en el océano Pacífico en La Paz, en el norte de México. En el trayecto conoce a gente buena, como Rosita, una madre soltera cuyo marido se ha ido a trabajar a Estados Unidos, pero también se topa con hombres que abusan de ella.

“Durante el recorrido de más de 1.500 kilómetros no encuentra violencia, aunque sí dificultades y también gente generosa que la ayuda. Es el recorrido por un país que es generoso, pero que está viviendo un momento muy triste”, dice Mariño en conversación con DW.

María es una joven tímida que tiene una baja autoestima y un conflicto con su sexualidad y su femineidad. La joven no tiene padre y vive una relación disfuncional con su madre. En la búsqueda de su identidad comete aciertos y errores y parte de ello es una relativa promiscuidad sexual.

“En México, los jóvenes tienen una vida sexual mucho más despierta y promiscua y no siempre hay un intercambio de emociones”, afirma el cineasta, que se documentó leyendo blogs de adolescentes y hablando con ellos.

Nobleza de un muchacho migrante

El personaje más noble con el que se tropieza la chica durante su recorrido es Juan (Roberto Mares), un muchacho migrante de origen indígena y pobre, que se muestra caballeroso y respetuoso con ella e incluso la protege. “Es un chico que no tiene opciones, que o trabaja para el narcotráfico o se va a buscar suerte a Estados Unidos. Eso es lo que se ve en México. Hay una gran crisis y el gobierno prácticamente ha olvidado a los jóvenes y son ellos los que van a heredar este país roto. Eso es algo en lo que muy poca gente piensa y por eso hay que ponerles atención”, dice Mariño.

Mariño se inspiró en su propia biografía para relatar una historia a manera de diario de viaje, un relato poético con pocos diálogos y un estilo casi documental. “Mi trabajo final de estudiante de cine en México fue un diario de viaje,  en vez de libreta yo llevaba una cámara. El personaje de María tiene mucho de mí a esa edad, cuando me sentía incomprendido, nada cómodo conmigo mismo e incluso un poco triste”, reconoce el cineasta que debuta a los 33 años con su cinta en Berlín.

Un país con futuro incierto

“Siento una gran necesidad de hablar sobre los jóvenes mexicanos, porque el país está atravesando una crisis brutal que sobre todo en ellos está provocando una gran inestabilidad. No sabemos lo que sucederá en seis meses, este año es electoral y no sabemos qué va a pasar, si habrá una nueva devaluación o más violencia. Son elementos de incertidumbre que no nos permiten planear un futuro”, afirma.

La actriz Lucía Uribe no es una actriz profesional, Mariño la conoció teniendo ella 11 años cuando en un ejercicio fílmico en el Centro de Capacitación Cinematográfica, del cual el cineasta es egresado, buscaban a una niña que no le tuviera miedo a la cámara. Entre tanto Lucía Uribe está estudiando actuación. “Hubo un proceso de preparación de unos tres años en el que platicamos mucho, vimos películas y eso me ayudó a que durante la filmación todo fuera mucho más tranquilo”, afirma Lucía Uribe.

La cinta producida por Sobrevivientes Films, fue respaldada con fondos de la Fundación suiza “Visions Sud Est”, que apoya la producción de cine de autor de países en desarrollo. “Eso fue definitivo”, dice Mariño y añade que el proyecto llamó la atención desde que fue presentado en la iniciativa “Cine en Construcción”, del Festival de San Sebastián.

Autora: Eva Usi
Editor: Pablo Kummetz