Un moderno mal llamado: Soledad
1 de noviembre de 2003La ciudad alemana de Hamburgo se considera la capital de los solteros, pues casi el 48% de los hogares están integrados por una persona. La tendencia que se registra en Hamburgo se extiende a todas las grandes ciudades europeas y al resto de los países industriales, y es constante desde hace 40 años.
Mientras que en Austria, a principios de los años 70 casi todos los jóvenes se casaban y las mujeres de hasta 50 años sólo quedaban solteras en un 8%, veinte años más tarde sólo el 60% de las mujeres contraía matrimonio.
Según encuestas persiste sin embargo el fuerte deseo de llevar una vida familiar tradicional, deseo que sin embargo no suele cumplirse. Se abre así un abismo entre la añoranza de una relación de pareja armoniosa y la realidad.
Ellos no pueden vivir solos
Según un estudio publicado en la revista austríaca Medicina Popular, este abismo entre deseo y realidad puede tener consecuencias fatales, especialmente para los hombres y su salud física. El sistema inmunológico de los que viven solos es menos estable y aguanta menos que el de los casados, por lo que sufren con frecuencia alergias y enfermedades crónicas. El estrés extremo que significa la pérdida de la pareja hace perder a muchos la alegría de vivir. Además, muchas personas deprimidas se alimentan mal y algunas, entre ellas muchos varones, buscan consuelo en el consumo excesivo de alcohol. Los hombres divorciados contraen tres veces más enfermedades que los casados y el índice de mortalidad masculino, después de enviudar sube un 40%, siendo el infarto cardíaco la causa más frecuente.
No pueden sobrevivir sin ellos
Entre las viudas, la causa principal de muerte es el cáncer, y muchas fallecen dentro del año siguiente al deceso del cónyuge.
Según especialistas austríacos para las personas solas y enfermas cardíacas el riesgo de muerte es el doble de las que están emparejadas. Muchos de los solitarios se resignan ante su aislamiento y enferman con frecuencia de úlcera estomacal, dolencias del hígado y la bilis, problemas digestivos y dolor de cabeza crónico, confirman muchos psiquiatras.