Un memorial para las víctimas polacas de la Alemania nazi
11 de junio de 2020La propuesta de conmemoración presentada en una carta al presidente del Bundestag por los representantes de las dos principales instituciones involucradas en el tema es un compromiso.
Por una parte, se erigirá un monumento en la rebautizada "Plaza 1 de septiembre 1939" de Berlín, que conmemorará la invasión alemana de Polonia y el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. Por otra parte, justo al lado, se construirá un centro de educación y encuentro, en el que se documentará el destino de las víctimas de todas las nacionalidades, así como la atrocidad de la guerra de exterminio en el este de Europa. De esta manera, el proyecto se hará cargo de las preocupaciones de algunos políticos, que veían una "nacionalización" de la conmemoración si se limitaba solo a los polacos.
Polonia, con las mayores pérdidas porcentuales
Polonia, que en ese entonces tenía 35 millones de habitantes, sufrió 6 millones de muertes, el mayor porcentaje de pérdidas entre los estados ocupados por la Alemania de Adolf Hitler. Entre estas víctimas había tres millones de judíos polacos, pero también -y esto es poco conocido en Alemania- tres millones de polacos no judíos, la mayoría de los cuales no estuvo involucrado en actos de guerra. Las élites polacas fueron deliberadamente diezmadas, y el país, sobre todo la capital Varsovia, quedó completamente reducido a escombros y cenizas. En ese sentido, Polonia, la víctima más sufrida del régimen nazi alemán, merece un recuerdo especial.
Sin embargo, eso también es parte de la verdad histórica: Alemania no atacó a Polonia sola. Como se acordó en el protocolo secreto del Pacto Hitler-Stalin (Ribbentrop-Mólotov), el Ejército Rojo ocupó la parte oriental de Polonia unos días después del ataque alemán y estableció allí su régimen de terror. Por esta razón, un monumento conmemorativo conjunto de las víctimas polacas y soviéticas sería inaceptable para los polacos. Sin embargo, igual de inaceptable sería un monumento que ignorara los 24 millones de víctimas de los pueblos de la antigua Unión Soviética (rusos, pero también ucranianos, bielorrusos y bálticos).
El compromiso propuesto es aún más importante porque, hasta hace unos años, el gobierno federal afirmaba que ya había demasiados monumentos en Berlín. Y conmemorar a todas las nacionalidades y grupos de víctimas del nacionalsocialismo sería imposible de todas formas. Después de todo, no se busca promover la competencia entre las víctimas. Eso puede sonar lógico, pero está mal.
La conmemoración de grupos específicos
Este camino de recuerdo impulsado por diferentes grupos de la política alemana y específico de las víctimas nazis se ha seguido desde hace algún tiempo. Comenzó con el monumento a los judíos asesinados de Europa, y fue seguido por el de las víctimas sinti y romaníes, y luego los memoriales de los homosexuales y los discapacitados asesinados. Además, en Berlín hay monumentos de la época de la RDA para los liberadores soviéticos de Alemania e incluso uno para los "soldados polacos y antifascistas alemanes en la Segunda Guerra Mundial". Ese es su título oficial. Por lo tanto, la construcción de un sitio conmemorativo del ataque a Polonia y a los demás pueblos del Este, quienes sufireron una brutal guerra de aniquilación, es solo un paso lógico y largamente esperado.
Después de todo, uno puede preguntarse con razón: ¿por qué realmente se demoraron 60 años tras el fin del régimen de terror de Adolf Hitler para poner un monumento a las víctimas del Holocausto en Berlín? Y ahora luego de 15 años más, finalmente, los polacos y las otras víctimas del Este de Europa serán recordados. Los creadores del proyecto señalan que tanto las víctimas como los propios alemanes necesitan este monumento: como recordatorio y admisión de culpa por el pasado, pero sobre todo como advertencia para el futuro. (ju/dzc)
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