Un exitoso año cultural con dejo amargo
22 de diciembre de 2010Durante el año 2010 han habido tensas discusiones sobre derechos de autor, la 60ª edición de la Berlinale brilló como nunca antes, y el mundo del teatro sufrió la pérdida del director Christoph Schlingensief. La tragedia de la Loveparade, que acabó con 21 muertos, cubrió las luces del año con un oscuro velo. En contraste, la ciudad de Essen y la zona del Ruhr pudieron presentar a las masas de público una enorme diversidad cultural.
“El año 2010 ha mostrado que con cultura se puede llegar muy lejos en la zona del Ruhr”, concluyó en diciembre con orgullo Fritz Pleitgen, Director del Ruhr2010, la institución que organizó los eventos de la Capital de la Cultura. Un título que ostentó con todos los honores la ciudad de Essen como representante de la zona del Ruhr, junto con Estambul y la ciudad húngara de Pécs. 53 localidades de la zona del Ruhr tomaron parte en el mega-evento cultural del año 2010. Un año con una lista de 5.500 eventos con la mayor de las variedades: teatro, música, exposiciones de arte, y mucho más.
Los organizadores se sorprendieron de la respuesta del público. El festival atrajo a más de 10 millones de visitantes, tanto nacionales como extranjeros. Y mucha gente ha redescubierto su propia región natal.
Una de las ofertas más lujosas fue la música de Hans Werner Henze, uno de los compositores más importantes del momento. Se le dedicaron más de 200 conciertos, oberturas y espectáculos de baile.
La cultura como unión
Frente a la “alta cultura” se podía disfrutar, al mismo nivel, de la “cultura de cada día”. Esto se podía apreciar, especialmente, en el proyecto “bodegón”: uno de los mayores festivales callejeros del mundo. Para esta fiesta de carácter popular se cerró la autopista A 40 a lo largo de 60 kilómetros durante el domingo. La principal carretera de la zona del Ruhr, entre Duisburg y Dortmund, se convirtió en una colorida feria.
Tres millones de personas acudieron, un tercio de ellas ciclistas, y celebraron el festival en la llamada “vía rápida del Ruhr”. Cada uno de los 20.000 puestos debía basarse en un estilo concreto, ya fuera cabaret, baile, o cafetería turca. La cultura debía unir a los presentes, independientemente del estrato social, la edad, la religión o la nacionalidad. El movimiento “multi-culti” estaba presente en el programa en más de un sentido. Y el concepto funcionó, especialmente con la ayuda de los 2.500 trabajadores voluntarios de Ruhr2010. Sin ellos, los proyectos como el “bodegón” de la A 40 no habrían podido salir adelante.
Gran fiesta con trágico desenlace
Tras el gran festival de la autopista, tuvo lugar en verano otro evento que atrajo a Duisburg más de un millón de personas: la Loveparade. Pero la mayor fiesta Techno del mundo acabó en tragedia. Con el aliciente del buen tiempo, muchos acudieron sin pensárselo demasiado. Pero el recinto del festival sólo se podía alcanzar atravesando un túnel de 200 metros de longitud situado entre las vías del tren y la autopista. El estrecho pasadizo fue la maldición. Los visitantes se empujaron para pasar a través de una salida de 20 metros de anchura. Demasiado pequeña para las masas. Cundió el pánico, 21 personas murieron, 500 resultaron heridas.
Nunca más Loveparade
“Lo sucedido ya no se puede reparar. Ha sido una tragedia inconcebible, y desde luego no podemos decir que comprendemos por lo que están pasado las víctimas y familiares”. Así expresaba el alcalde de Duisburg Adolf Sauerlad su consternación tras el accidente. Pero a los familiares de las víctimas no les bastó con las palabras, y presentaron duras denuncias contra Sauerland. Según sus argumentos, las medidas de seguridad eran absolutamente inadecuadas, y el alcalde debía renunciar a su cargo.
A raíz el duelo por los fallecidos se levantó un macabro debate sobre la responsabilidad que nadie quería asumir: ni los organizadores, ni el alcalde que había aprobado todo el proceso, ni la policía. De forma rápida y explicita decidieron los organizadores que no se daría una Loveparade nunca más “por respeto a las víctimas, familiares y amigos.”
Gran cine
A pesar de lo trágico del desenlace de tan gran evento cultural, sería injusto olvidarnos de otro muy importante: el actor austro-alemán Christoph Waltz se llevó en la ceremonia de los Oscar de este año la estatuilla al Mejor Actor de Reparto. El actor de 54 años recibió el galardón por su papel de líder de regimiento de las SS en la película bélica de Quentin Tarantino “Malditos Bastardos”.
Y aunque no recibió un Oscar, el director de cine austríaco Michael Haneke sí salió premiado en el Festival de Cannes y en la ceremonia de los Globos de Oro, y recibió 10 “Lolas” en la 60ª edición del Deutsche Filmpreis por su drama en blanco y negro “La Banda blanca”.
Y también se dio la 60ª edición este año del otro gran festival de cine alemán, la Berlinale, que una vez más se mostró como gran evento internacional y favorito del público. Se vendieron 300.000 entradas a los muchos cineastas que estuvieron dispuestos a esperar en largas colas frente a las taquillas en pleno mes de febrero.
Plagio en lugar de inspiración
En marzo, muchas miradas apuntaron a la Feria del Libro de Leipzig, donde la publicación de la novela “Axolotl-Roadkill” de la joven autora de 17 años Helene Hegemann causó, primero, furor, y a continuación, un gran debate. Lo que al principio se presentó como un impactante vistazo a la disipada vida de la juventud, acabó descubriéndose como un plagio de la obra de un bloguero de Internet. A raíz de eso, el programa de la feria incluyó largas discusiones sobre los derechos de autor en los tiempos de Internet.
Y en Bayreuth, también, una era llegó a su fin: el director del festival de ópera más famoso del mundo durante más de medio siglo Wolfgang Wagner murió el 21 de marzo a la edad de 90 años. Sus dos hijas, las hermanastras Katharina Wagner y Eva Wagner-Pasquier, ya habían tomado las riendas de la patriarca por entonces. Wolfgang Wagner era el último nieto vivo de Richard Wagner, y hasta 2008, líder del Festival de Bayreuth.
Provocador y querido
También la muerte de Christoph Schlingernsief causó gran tristeza y consternación. El director de teatro, ópera y cine murió el 21 de agosto a sus 49 años de cáncer de pulmón. Pero ya a principios del año había conseguido sentar las bases para su último gran proyecto: un centro para ayuda al desarrollo y promoción del arte en Burkina Faso, al oeste de África donde representar óperas y eventos. Reunió donaciones, contrató a un arquitecto local, y comenzó a hacer planes para una obra.
Victoria en Oslo
Y no nos podemos olvidar de un éxito en la música pop que provocó en 2010 un gran eco mediático y un poco más de orgullo nacional en Alemania. La joven de 19 años Lena Meyer-Landrut ganó con su canción “Satellite” la 55ª edición del certamen musical Eurovisión en Oslo. 28 años después de la victoria de Nicole con “Ein bisschen Frieden” (“un poco de paz”), se trata del segundo triunfo de Alemania en la historia del festival.
Autor: Günther Birkenstock / Lydia Aranda Barandiain
Editor: Pablo Kummetz