Un escaso no a la caza de ballenas
20 de junio de 2005
"El mundo puede dar un gran paso adelante -hacia una era en la que la protección del medioambiente tenga peso de verdad- o recaer en la tenebrosa Edad Media donde la humanidad piensa que debe aceptar sin más el degüello de ballenas". Esta declaración del ministro australiano de Medio Ambiente, Ian Campbell, resume las posiciones enfrentadas en la asamblea anual de la Comisión Ballenera Internacional(CBI). Por un lado Japón, con su plan de ampliar la cuota de caza del cetáceo gigante, y por otro los países que se oponen a ello, entre los cuales se encuentran Alemania y Francia.
Una moratoria con excepciones
En 1986, la CBI acordó un cese de caza de ballenas con fines comerciales. Esta moratoria, sin embargo, es eludida tanto por Japón como por Islandia aduciendo fines científicos, de lo que han resultado unas 8000 ballenas muertas, según datos del Fondo Internacional para Protección Animal .
Según los defensores de los cetáceos, los programas de investigación no son más que una excusa, pues Tokio emplea la carne con fines comerciales. Si bien el gobierno japonés se suscribió a la moratoria sobre la caza de ballenas en 1986, al año siguiente empezó su programa de investigación por el que captura anualmente con fines de investigación al menos 400 minke. En el 2000, Tokio expandió unilateralmente sus capturas al cachalote, macrocephalus physetter, y a la ballena tropical, edeni baslaenoptera en el Océano Pacífico septentrional.
Mayoría a favor de las ballenas
Con una escasa mayoría de tres votos, los defensores de las ballenas -entre los que se encuentran Francia, Alemania, Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña y Estados Unidos- lograron en una primera instancia oponerse a los planes del Japón. Sin embargo, los nuevos miembros que se alinean detrás de Japón podrían cambiar el resultado obtenido. A favor de la caza de ballenas se encuentran varios países africanos y caribeños
El plan elaborado por científicos japoneses para doblar la caza de ballenas minke, acutorostrata de balaenoptera. De los 400 ejemplares actuales hasta 850 anuales, aduciendo fines científicos. El plan incluye ampliar la caza a otras dos especies como la ballena jorobada, Megaptera novaeangliae y la ballena rocual común, balaenoptera physalus. Francia, ferviente adversaria de la caza de ballenas, apoya el plan brasileño de crear una zona protegida en el Atlántico sur. Por su parte, el enviado alemán, Mathias Berninger, subsecretario del ministerio de Medio Ambiente y Protección al Consumidor, calificó la votación como de "un gran éxito" para los proteccionistas.