Un encuentro histórico
10 de febrero de 2016Una foto del papa Francisco y el patriarca Cirilo abrazándose sería, sin duda, la imagen del año. La cita de este viernes (12.02) en La Habana es comparable a la que tuvieron el papa Pablo VI y el patriarca de Constantinopla Atenágoras I en Jerusalén en 1964. Entonces, las élites ortodoxa y católica se encontraron por primera vez desde 1439 y pocos meses después revocaron los decretos de excomunión mutua de 1054 que provocaron el Cisma de Oriente y Occidente.
Moscú y el dialogo entre católicos y ortodoxos
El encuentro de Cuba, sería el primero entre un patriarca ruso y un Papa, después de que, durante un cuarto de siglo, el patriarcado de Moscú rechazó el diálogo por dos razones: la discriminación de la Iglesia greco-católica ucraniana hacia los ortodoxos y la actitud misionera católica de la era post soviética.
Ahora, un encuentro como el de Cuba podría significar prácticamente que Moscú desiste de sus acusaciones contra Roma. Y presuntamente fue el patriarca quien impulsó la cita. Cirilo fue alumno del obispo metropolitano Nidikodim, director en los 60 y los 70 del departamento de Relaciones Exteriores del patriarcado ruso, que apoyaba un acercamiento al Vaticano y a la forma de administración de la Iglesia católica. Posturas que, posteriormente, transmitió a Cirilo.
Además, en junio se celebrará en Creta el Concilio Pan-Ortodoxo, al que acudirán las 15 autocefalias o Iglesias ortodoxas independientes. El encuentro será presidido por el patriarca ecuménico Bartolomé, considerado “Primero entre sus Iguales” por el resto y hasta ahora responsable del contacto con Roma, a la vez que partidario del acercamiento entre cristianos de distintas confesiones. Sin embargo, la rusa es la más grande de las iglesias ortodoxas y no ve con agrado que Bartolomé hable con Roma en nombre de todos. Sobre todo, porque el diálogo entre Moscú y Constantinopla también está empañado por las escisiones históricas de la época post soviética y una posible escisión de la Iglesia de Kiev de Moscú debido al conflicto de Ucrania.
¿Unión o estrategia?
Tras el encuentro con el papa Francisco, el patriarca Cirilo podría asistir al concilio de Creta como un triunfador en una nueva era del cristianismo. Pero en su país podría verse de otra forma, con un sector conservador de la Iglesia dado a las teorías de la conspiración. Para estos, los católicos e incluso el Papa son herejes y, en el peor de los casos, servidores de Satán o masones. Un acercamiento entre ambas Iglesias podría enemistar a Cirilo con los patriarcas.
Por el contrario, para el sector liberal el movimiento podría ser una jugada maestra para que la administración Putin mejore su imagen en Occidente. Pero también los liberales podrían caer en teorías conspirativas, ya que nunca hubo pruebas de que el Kremlin tuviese influencia en las relaciones entre el patriarcado y la Santa Sede.
Probablemente, la declaración conjunta que harán el Papa y el patriarca no estará necesariamente dedicada a las crisis del mundo, sino más bien a los retos de ambas Iglesias: la secularización y la sociedad de consumo, la ideología de género, la radicalización del islam y la persecución contra los cristianos. Para tratar otros temas más complejos, como los impedimentos para la unión de ambas Iglesias, se necesitan más tiempo y más cumbres. Pero aun así, el encuentro servirá para dar pasos reales que en un futuro podrían allanar el camino hacia la unidad de las Iglesias.
Konstantin von Eggert es periodista, analista y comentarista de origen ruso.