Un ejemplo para Irak
21 de abril de 2004
El ministro de Exteriores alemán se mostró impresionado a su llegada con la labor que las tropas alemanas llevan a cabo para la reconstrucción del país. Unos 250 efectivos de un total de 2.000 alemanes que trabajan en Afganistán, avanzan sin descanso en la reconstrucción y estabilidad de la región de Kunduz, considerada el granero de Afganistán.
El camino a la democracia
La mayor preocupación de Fischer es conseguir las condiciones preliminares para convocar las elecciones democráticas en el país asiático. Las tropas internacionales de la ISAF, a las que pertenecen los soldados alemanes, están asegurando la seguridad y la paz en la región para conseguir que las elecciones de septiembre se desarrollen en condiciones de libertad y seguridad. Serían las primeras elecciones democráticas libres en el país después de 20 años de guerra civil.
Estas condiciones requieren sobre todo el desarme de las milicias y el registro de los ciudadanos afganos con derecho a voto. Hasta ahora, sólo se registraron cerca de dos millones de votantes mientras el número estimado asciende a los nueve millones.
Los guerrilleros talibanes y los señores de la guerra continúan amenazando a la población, sobre todo a las mujeres, para que desistan de ejercer el derecho a voto en las elecciones. Se calcula que únicamente la quinta parte de la población femenina se registró para las elecciones. Esto fue lo que obligó al presidente Karsai a retrasar los comicios de junio a septiembre.
"Nunca es tarde para aprender"
Fischer apoyó la labor de reconstrucción del gobierno afgano y señaló la importancia de las elecciones para la comunidad internacional. La reconstrucción del país por parte del gobierno en colaboración con las tropas internacionales de la ISAF y las organizaciones humanitarias podría servir de modelo para crisis similares. "Puede ser que en Irak se haya perdido el tiempo, pero nunca es tarde para aprender", añadió Fischer. El ministro calificó la reconstrucción del país y el largo proceso para la instauración de un gobierno democrático como un gran ejemplo para la reconstrucción de Irak. "La reconstrucción de Afganistán no es una ocupación sino una cooperación. Éste es el mandato de la ONU", añadió el ministro.
El otro gran problema al que se enfrenta la región es el cultivo de la adormidera. Las plantaciones se hallan en las montañas donde el acceso es más difícil y la tierra más favorable. Karsai ya aludió al problema en la conferencia de Berlín sobre Afganistán. Sin embargo, la falta de alternativas de cultivo rentables hace difícil erradicar el cultivo del opio en el país, que el año pasado produjo el 80% de la producción mundial.
Fischer alabó la labor conjunta de ambos países y reiteró que Alemania está dispuesta a enviar todas las tropas de ayuda necesarias para garantizar la seguridad y la estabilidad del país. Sin embargo Fischer expresó su deseo de que las tropas alemanas regresen a casa tan pronto como las condiciones lo permitan.