Ultraderechistas alemanes acusados de instigación al odio racial
25 de marzo de 2008La discriminación de un futbolista de raza negra en filas de un equipo alemán prendió el caso que podría concluir con la primera condena contra un partido político por racismo ligado al medio futbolístico alemán.
En meses anteriores, ya el seleccionado alemán, de origen ghanés, Gerald Asamoah, del Schalke 04, viene siendo víctima de una campaña racista. ”No, Chita, tu no eres Alemania. Tu eres un mono", rezan algunas de las pancartas y calcomanías sobre este futbolista germano son realizadas por una organización de ultraderecha autodenominada "Schutzbund Deutschland" (Unión para la Protección de Alemania) y publicadas en un sitio en Internet.
Las imágenes que aparecen en Internet la que la organización además declara sus principios y procura diferenciar lo que ellos consideran la auténtica Alemania de la República Federal de Alemania (RFA). "Alemania es más grande que la República Federal y tiene poco en común con ella. Alemania está bajo las ruinas del tiempo", dice la página virtual en una declaración que puede interpretarse como una nueva versión de la vieja pretensión de la extrema derecha alemana de recuperar los territorios perdidos tras la II Guerra Mundial.
Cuando los nacionalistas atentan contra la Nación
Además, en el portal se asegura que "no todo ciudadano de la RFA es alemán" con lo que se pone en duda indirectamente la pertenencia al país de un ciudadano como Gerald Asamoah. Otro internacional alemán de origen africano, Patrick Owomoyela, del Bremen, también fue objeto de ataques por parte del ultraderechista NPD. "Blanco. Algo más que el color de una camiseta. Por una auténtica selección nacional", decía el pie de foto que aludía directamente al color del uniforme alemán e indirectamente al de la piel de Owomoyela.
Tanto la Federación Alemana de Fútbol (DFB) como el propio Owomoyela recurrieron a los tribunales para oponerse a la campaña de difamación del NPD. Asamoah fue el primer jugador de piel negra en llegar a la selección alemana y fue seguido por Owomoyela.
Frente financiero contra la ultraderecha
Las Cortes judiciales se convierten, poco a poco, en otro de los escenarios de la lucha contra los racistas incrustados en los partidos políticos en Alemania. Justamente ante la Corte Administrativa de Berlín está en curso un proceso sobre las finanzas del NPD que concluiría este 20 de mayo de 2008 con fallo decisivo para la financiación con dineros públicos de un partido que atenta contra los principios democráticos.
Nadie menos que la administración del Bundestag, el Parlamento alemán, exige el reintegro de 869.353 euros del NPD y pertenecientes al erario público. El Parlamento sostiene que el NPD falsificó las verdaderas cifras del número de electores entre los años 1997 y 1999. En octubre de 2007 la Corte Constitucional alemana declaró improcedente una apelación del NPD.
El Estado alemán apoya financieramente a los partidos políticos de acuerdo al número de votos que obtengan; más de 1% en elecciones nacionales y ½ por ciento en elecciones regionales.
El frente bancario
El dinero es uno de los puntos más sensibles de las organizaciones que atentan contra la constitucionalidad o tienden a hacerlo. Al mismo tiempo que aprovechan las ayudas públicas provenientes del mismo bolsillo de los contribuyentes, utilizan ese dinero para propagar las conductas antidemocráticas que pretenden acabar con ese orden del cual ellos mismos sacan partido.
El caso de las cuentas bancarias del NPD es un ejemplo de ello. El banco Raiffeisenbank, de la ciudad de Lauenburg, fue conminado a seguir manteniendo una cuenta corriente de dicho partido ultraderechista hasta septiembre de 2010. Según el reciente fallo dictado por la décima Corte Civil de Lübeck, dicho banco no puede cancelar la cuenta de giros del NPD hasta que el partido no sea aceptado por el banco público de ahorros Sparkasse Mecklenburg-Schwerin, en donde el NPD quiere poder depositar su patrimonio por ley.
Partidos democráticos se alejan de la gente y sus problemas
Setenta y cinco años después de la Ley de Toma del Poder que les permitió a los nazis deslegitimar al Reichstag, eliminando así de hecho la democracia parlamentaria, los partidos democráticos tradicionales de Alemania parecen haber abandonado la provincia o , por lo menos, no han logrado demostrar la atracción y necesidad de actuar activamente a favor de la participación democrática. Polítólogos, como Steffen Schoon, de Rostock, hablan de un “Efecto anti-partidos”, “anclado, sobre todo, en el Este alemán”
La preocupación debería ser mayor: los partidos de espíritu democrático son un elemento vital de las sociedades civilizadas. Según la Central Federal para la Educación Política, “son cada vez más los ciudadanos alemanes que abandonan los partidos políticos serios, permitiendo así que los extremistas de todos los polos se fortalezcan”.
“Los partidos democráticos son el vínculo entre una sociedad y el Gobierno. Si se rompe esa canal, las decisiones políticas se toman sin tener en cuenta las verdaderas necesidades del pueblo”, dice Schoon. Un círculo vicioso del que se aprovechan las fuerzas extremistas de derecha o izquierda que ofrecen soluciones ilusorias a problemas reales.
El caso de un alcalde “independiente” que después de pedir ayuda a los partidos tradicionales y no obtener respuesta se dirigió al NPD, ha revivido el debate sobre cómo comportarse frente a dicha organización. De acuerdo al politólogo Schoon, “la insatisfacción del hombre del común es la que ha llevado a los parlamentos regionales y comunales a los miembros del ultraderechista NPD”.
Los cazadores de ingenuos: ¿tolerarlos o prohibirlos?
La parlamentaria de Los Verdes, Katrin Göring-Eckardt, ve en el avance del NPD “una prueba del creciente arraigo de fuerzas antidemocráticas en el corazón de la sociedad alemana”. Las que, según Göring-Eckardt, hay que enfrentar “analizando su ideología y educando a las juventudes”.
El presidente del Partido Socialdemócrata (SPD), Kurt Beck, es, por el contrario, partidario de que partidos extremistas como el NPD sean prohibidos por Ley. Para Beck, es “inconcebible que locos y violentos sean apoyados con el dinero de los contribuyentes amparados en el sistema de financiación de los partidos”.