UE y América Latina buscan nuevo modelo de cooperación educativa
11 de julio de 2013Para la investigación y la innovación, 22 mil millones de euros; para intercambio internacional en educación superior, más de 400 millones de euros anuales para el período 2014-2020. Los anuncios de esta semana subrayan la voluntad europea de fomentar el conocimiento y su internacionalización.
En la investigación se trata de asociaciones público-privadas destinadas a sectores tecnológicos estratégicos. En la educación superior, no sólo de la movilidad, sino de la cooperación entre las instituciones educativas europeas y sus homólogas en otras partes del mundo. También en América Latina.
“Aunque ya tenemos muy buenas relaciones con algunos países de América Latina, por ejemplo Brasil, queremos promover más la asociación de nuestras universidades con las de América Latina. Desarrollar títulos y programas de investigación conjuntos, lo cual es un camino para atraer a los estudiantes extranjeros”, respondía a DW Androulla Vassiliou, comisaria de Educación, Cultura, Multilingüismo y Juventud.
Cuatro veces más estudiantes
“En general se espera que el número de estudiantes de educación superior se cuatriplique de 100 millones en el año 2000 a 400 millones en el 2030, con un crecimiento especial en Asia y América Latina. Aunque Europa todavía atrae al 45% de todos los alumnos internacionales, sus competidores están incrementando fuertemente sus inversiones en educación superior. Los mayores patrocinadores de la movilidad estudiantil internacional son China, India y Corea del Sur”, explicaba la Comisaria.
Como antídoto a ello: , Erasmus+. En éste confluyen anteriores programas de intercambio académico y permitiría, entre el 2014 y el 2020, 135.000 intercambios estudiantes y docentes más entre la UE y el resto del mundo.
Pero América Latina es de renta media
Sin embargo, este incremento en el presupuesto para el intercambio estudiantes en tiempos de vacas flacas, se debe a la confluencia de los fondos de la cooperación al desarrollo en los programas educativos. Y precisamente ahí radica el peligro.
“En primer lugar, se va a tratar de favorecer a países de menos recursos. Eso quiere decir que América Latina – con países de renta media alta- va a tener una competencia muy grande con muchos países africanos. Por otro lado, en la competición global, las universidades van a querer presentar algo con Asia o China, que están más enfocadas hacia el desarrollo tecnológico. Y hacia África porque los fondos son más fáciles de obtener. Y la que quedará en medio será América Latina”, explica a DW Christiane Daem, socióloga del Instituto Interuniversitario para las Relaciones con América Latina y el Caribe (IRELAC).
Un espacio común eurolatinoamericano
“No sólo se trata de una cuestión de movilidad, sino también de cooperación entre las universidades. Esto no sólo las acercará a las entidades europeas, sino que también les dará la oportunidad de modernizarse y de crear currícula en línea con el mundo globalizado”, decía la comisaria Vassiliou.
Para la región latinoamericana, el objetivo no es nuevo: desde la cumbre de Guadalajara, en 2004, se habla de ese espacio común interuniversitario en el cual se trataría entre otras cosas de homologación de títulos. En la cumbre de Santiago, de 2013, se volvió a echar leña en ese fuego. Pero en concreto hay poco.
“En Europa tenemos el modelo de Bologna, que se tiene como ejemplo. Y aunque el espacio universitario eurolatinoamericano existe en el papel, no ha habido avances concretos”, cuenta Daem que ha seguido por años de cerca las relaciones universitarias entre ambos continentes.
El horizonte para el espacio universitario eurolatinoamericano –en el que se insiste también desde la recientemente creada Fundación EULAC- no sería en ningún caso, así Daem, la siguiente cumbre, programada para el 2015.
Investigación y empresas
Con todo, más que en el curriculum, desde IRELAC ven en salida de la universidad de la “torre de marfil”, en la transferencia de tecnología y la cooperación inter universitaria –en cooperación con la industria y las PYMES- el camino hacia el futuro. Como ejemplo pone Daem la “Ciudad del Saber” en Panamá, un parque tecnológico con presencia universitaria, empresarial y sociedad civil, financiado con fondos europeos.
Si bien en Estados Unidos esta asociación entre investigación, universidad e industria es bien conocida, “para Europa es un concepto nuevo”, apunta Daem hallando positiva esta renovada apuesta de Bruselas.
Así -en cuanto a innovación e investigación- la bioindustria y las medicinas innovadoras son dos de las líneas que fomentarán el nuevo partenariado público-privado de la UE. Y las nuevas generaciones de investigadores serán fomentadas con el remozado programa de movilidad e intercambio estudiantil internacional. Según informan fuentes europeas, cuánto de ello, efectivamente, le toque al espacio latinoamericano se verá apenas a partir de enero del 2014.
Autora: Mirra Banchón
Editor: Enrique López