UE: una política unitaria para refugiados aún luce lejana
11 de diciembre de 2014La Unión Europea (UE) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) están de acuerdo: las 207.000 almas que a duras penas llegaron a las costas del Viejo Continente en 2014 y las aproximadamente 3.400 personas que murieron en el intento constituyen una cifra récord y una catástrofe que amerita una respuesta. El problema radica en que ninguna de las opciones discutidas en el bloque comunitario es fácil de implementar y en la falta de consenso para repartir responsabilidades entre los Estados socios.
Hasta políticos conservadores como Thomas de Maizière, ministro alemán del Interior, admiten que “lo correcto sería abrir caminos legales hacia Europa y no sólo dedicarse a cerrar los accesos ilegales”. Pero a la hora de sopesar los detalles de la creación de programas comunitarios que faciliten la entrada controlada de refugiados y solicitantes de asilo –una iniciativa defendida por organizaciones como ProAsyl–, de Maizière y sus homólogos europeos se apresuran a rechazar la moción, tachándola de “políticamente inviable”.
¿Campos de refugiados en el Magreb?
En su lugar, el funcionario alemán y sus colegas proponen construir “campos de refugiados” en los países de tránsito del norte de África para que sea allí donde los migrantes inicien sus diligencias legales con miras a recibir asilo en la UE. “Nuestra meta sería acordar una solución amplia con Estados fuera de nuestro continente. Nosotros queremos hacer todo lo posible para proteger a la gente que ya se halla en los países de tránsito”, dijo Dimitris Avramopoulos, comisario europeo de Migración, Asuntos Internos y Ciudadanía.
Sin embargo, de Maizière admite que todavía no se sabe cómo poner en marcha el proyecto de construir estos campamentos para refugiados, de por sí muy mal vistos por las organizaciones que defienden los derechos humanos de quienes buscan asilo en Europa. De ahí que los funcionarios europeos continúen buscando vías para poner coto al flujo migratorio hacia el continente y hacia sus respectivos países. Por ejemplo, la UE está de acuerdo con que la Marina italiana suspenda la operación especial de rescate de refugiados Mare Nostrum.
Más Tritón, menos Mare Nostrum
Desde hace unos doce meses, la operación Mare Nostrum le ha salvado la vida a entre 100.000 y 120.000 náufragos. Esa hazaña ha sido criticada por el ministro de Maizière con el argumento de que cada vez más personas se lanzan al mar en botes precarios porque cuentan con que la Marina italiana las va a rescatar. A su juicio, Mare Nostrum le facilita el negocio a los traficantes de personas, quienes cobran hasta 5.000 dólares por un puesto en las endebles barcazas que colapsan tan pronto entran al mar territorial italiano.
En noviembre, la agencia para la protección de las fronteras europeas, Frontex, inició la operación Tritón en las costas italianas, dejando claro que su primer objetivo no era rescatar a los refugiados. No obstante, en su primera semana, la operación Tritón sacó del agua a 8.000 personas. A falta de acuerdos en la materia, los ministros del Interior europeos seguirán discutiendo sobre cómo balancear las cargas que el Reglamento Dublín II no equilibró y cómo repartir más equitativamente el número de refugiados que han llegado a la UE.