UE-Turquía: mucho en juego además de los visados
21 de abril de 2016La Comisión Europea (CE) navega en aguas turbulentas. A pesar de la presión que ejerce Ankara y el aumento de la tensión entre el gobierno turco y los países miembro de la UE, el imperturbable comisario europeo de Migración, Asuntos Internos y Ciudadanía, Dimitris Avramopoulos, anunció que dentro de dos semanas se decidirá acerca de la prometida liberalización de los visados para los ciudadanos turcos que deseen ingresar en la Unión Europea. El 4 de mayo será presentado el informe sobre los avances en las negociaciones con Turquía. Después harán lo propio los gobiernos de los países de la UE y el Parlamento Europeo (PE).
Muchas condiciones
La Comisión es optimista al respecto: si Turquía cumple con todas sus obligaciones antes de que empiece el mes de mayo, se hará pública la propuesta legislativa, dice Avramopoulos. Él, personalmente, cree que el gobierno turco será capaz de cumplir los plazos. Son exactamente 72 condiciones, la mayoría de ellas de carácter técnico, pero también algunas muy políticas. Turquía debe introducir el sistema de pasaportes biométricos, ha de llegar a un acuerdo con Grecia y Bulgaria sobre la responsabilidad en las devoluciones de refugiados, tendrá que cooperar con Europol, luchar contra la criminalidad y la corrupción y garantizar el Estado de derecho. Aparte de todo esto, existen cláusulas de salvaguarda de los derechos humanos que no sólo conciernen a la devolución de los refugiados, sino también para su protección.
Hace pocas semanas, el portavoz de la Comisión Europea explicó que Turquía ya había cumplido con aproximadamente la mitad de los requisitos. Desde entonces, Avramopoulos ha vuelto a declarar que no importa si Ankara ya ha implementado 72, 56 o 34 condiciones, “cada minuto cuenta pero no voy a hablar de cifras”.
Chantajes de Ankara
El primer ministro turco Ahmet Davutoglu amenazó al Consejo Europeo de la siguiente forma: dijo que si la UE no cumplía con su parte del acuerdo sobre los refugiados y no mantenía la hoja de ruta marcada para la liberalización de los visados de los ciudadanos turcos, “nadie puede esperar, por supuesto, que Turquía se adhiera a sus obligaciones”. Esto quiere decir que Turquía dejaría de acoger a los refugiados que devuelva Grecia, lo que pondría fin al acuerdo suscrito en el mes de marzo. Desde Ankara apoyaron con contundencia estas declaraciones. El presidente Erdogan claificó de “provocativa” la crítica realizada por la CE acerca del respeto a los derechos humanos en Turquía y, en este sentido, declaró que la Unión Europea necesita más a Turquía de lo que su país necesita a la UE. Y acto seguido, para hacer hincapié en su postura, prohibió la entrada en el país a los corresponsales de la televisión alemana ARD.
Críticas del Parlamento Europeo
“Turquía se equivoca al pensar que el régimen de exención de visado para viajar a la UE entrará en vigor en junio. Depende de 72 puntos, muchos de los cuales Turquía todavía no cumple”, explica el eurodiputado de la CSU Markus Ferber. Una vez cumplidos todos los requisitos, el Parlamento Europeo se ocupará del asunto. Y una cosa está clara: “No habrá rebajas políticas para Turquía” porque lo que no es admisible es que, a base de chantajes, el Parlamento tenga que tomar una decisión apresurada. El presidente del grupo CDU/CSU Herbert Reul ya ha admitido que la prevista supresión de los visados para los viajeros procedentes de Turquía le produce “dolor de estómago.