UE-México: Ayotzinapa, ¿nunca más?
5 de diciembre de 2014
“Nuestros socios europeos han reaccionado con mucha solidaridad. Y lejos de ver a México como un Estado fallido, tienen confianza en la capacidad del gobierno para abordar la crisis por el crimen de Iguala. Nuestra relación no sólo no se ha debilitado, sino que va a toda marcha hacia una modernización”: así explicaba a DW Juan José Gómez Camacho, embajador de México ante la Unión Europea.
A mejor acuerdo, mejores condiciones de vida
Según el diplomático mexicano, ampliar y modernizar el acuerdo global –vigente desde el 2000-, casaría perfectamente con las reformas anunciadas por el presidente Peña Nieto: pues, por ejemplo, una mayor cooperación ampliaría el diálogo sobre derechos humanos, seguridad y justicia.
Por otro lado, el renovado capítulo de comercio e inversiones le vendría al pelo a los grandes planes de infraestructura para las zonas económicas especiales en las que el presidente Peña Nieto plantea para los estados más pobres y violentos de México:
“Para que la industria ponga nuevas plantas en Chiapas, o en Oaxaca donde no las hay. Las empresas europeas van a ver como algo muy atractivo invertir en esos estados a las condiciones atractivas que está ofreciendo el Estado mexicano”.
El crecimiento económico en estas zonas que han quedado marginadas del otro México –el globalizado, miembro del G-20, gran exportador y gran receptor de inversiones- les traería mayor prosperidad y ella una minimización de la brecha en la cual crece la criminalidad, la corrupción y la violencia.
Por otro lado, “hemos firmado con la UE un memorándum para formación de personal en el campo de desarrollo regional. La UE tiene un reto muy importante en crecimiento y desarrollo desigual y ha desarrollado políticas públicas muy interesantes para cerrar remediarlo. En el caso de México, Peña Nieto creó un ministerio nuevo de desarrollo regional, que se orienta a cerrar la brecha, para que el crecimiento económico y la calidad de vida de la gente se parezcan más tanto en el norte como en el sur”, explica Gómez Camacho. En su opinión, las reformas que se anuncian no son retórica, sino la expresión de que el gobierno mexicano quiere hacer su tarea.
El diálogo no falta
“La UE ha recibido con beneplácito las nuevas medidas anunciadas por el presidente mexicano. México y la UE son socios estratégicos que tienen puntos de vistas convergentes en derechos humanos, tanto en foros multilaterales como bilateralmente. Mantenemos diálogos regulares de alto nivel sobre los derechos humanos, seguridad y justicia”, explica a DW Catherine Ray, portavoz de la UE en asuntos exteriores y seguridad.
Y aunque la cooperación de la UE no suele reaccionar a incidentes concretos como los ocurridos en Iguala, “la UE seguirá utilizando su diálogo político con el gobierno de México –que será sobre derechos humanos en el primer trimestre de 2015 y otro sobre seguridad y justicia aún sin fecha- para promover la erradicación de la impunidad”, puntualizó Ray.
Un enfoque diferente
“La Comisión Europea quiere a toda costa modernizar ese acuerdo”, dice a DW por su parte Franziska Keller, eurodiputada de la bancada de Los Verdes y miembro de la Delegación para las relaciones con México.
“Pero hay muchísimos desaparecidos, muchísimos muertos. Para todos ellos necesitamos ley y justicia. Para mí no puede ser que pongamos el comercio por delante de los derechos humanos. Antes de hablar de modernizar el acuerdo, la UE debería ofrecerse a apoyar una comisión de investigación y no ofrecer diálogos que no llevan a nada. No basta con anuncios vacíos, queremos hechos”, subraya.
Keller, junto con otros eurodiputados de Reino Unido, Suecia, España y Alemania, insisten en mantener presente el tema y han organizado en el Parlamento Europeo una exposición fotográfica de los rostros, en tamaño gigante, de los 43 desaparecidos: “Ayotzinapa nunca más”.