UE: islamofobia avanza, pero... ¿a qué ritmo?
17 de agosto de 2013
El trato que se le dio en Alemania a los ciudadanos de confesión judía durante el auge del nacionalsocialismo fue propiciado por el antisemitismo que ya florecía en la sociedad germana antes de que Adolf Hitler entrara en la escena política local. Y muchos se han preguntado si habría sido posible predecir el Holocausto a partir de experiencias tan cotidianas como el desprecio difuso y la discriminación concreta a las que estaban expuestos los judíos en las décadas previas a la Segunda Guerra Mundial. Despejar esa incógnita no es fácil, pero cavilar al respecto vale le pena.
Con eso en mente, cabe plantearse otra pregunta, tan actual como urgente: ¿es posible prever a qué atrocidades puede conducir la islamofobia que se registra no sólo en Alemania, sino en toda Europa? La sociología y otras ramas de la ciencia se han ocupado del tema, pero la carencia de datos estadísticos para medir la prevalencia de ese fenómeno en los países comunitarios revela la poca atención que la clase política –la que dispone de los recursos estatales para fomentar la investigación– le ha dedicado a la materia.
Organizaciones contra la islamofobia
Tell Mama!, la organización de voluntarios que recopila información sobre los ataques islamófobos en Internet y en las calles de Gran Bretaña, fue fundada en enero de 2012 con la ayuda de una fundación interreligiosa. Y en Francia, tanto el Programa Pan-Europeo contra la Islamofobia en Europa como el grupo Colectivo contra la Islamofobia hacen lo mismo que Tell Mama! con las herramientas que tienen a la mano. Pero hasta la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales de Viena, que es un organismo de la UE, carece de cifras precisas.
"Muy pocos Estados comunitarios recogen información sobre los delitos motivados por la islamofobia, a pesar de que la Agencia Europea para los Derechos Fundamentales les viene pidiendo desde hace tiempo que recopilen y publiquen ese tipo de datos", explica Katya Andrusz, vocera de esa instancia. Sólo seis de los veintiocho países de la UE registran las agresiones físicas y los ataques verbales padecidos por musulmanes a causa de su religión. Algunos de esos Estados los clasifican bajo la categoría “crímenes de odio”.
Crímenes de odio
La islamofobia puede ser descrita como una sensación de hostilidad hacia el Islam que suele derivar en gestos ofensivos y actos de violencia hacia los musulmanes, su religión y su cultura. El problema de incluir las agresiones islamófobas en la misma categoría que los "crímenes de odio" contra otras minorías sociales es que se dificulta la tarea de rastrear la evolución del fenómeno. Tampoco en Alemania se registran por separado los casos de islamofobia.
Es apenas ahora cuando el presidente de la Federación de Detectives de Alemania, Wilfried Albishausen, ha exigido que se lleve un registro especial de los ataques islamófobos, a imagen y semejanza del registro que se lleva desde hace años de las agresiones antisemitas. Y aunque la Oficina Federal para la Protección de la Constitución Alemana confirmó que "la hostilidad de la ultraderecha hacia el Islam se ha ido intensificando en los últimos años", esa conclusión apareció por primera vez en su último informe anual.
Círculo vicioso
Muchos activistas de organizaciones contra la islamofobia critican a los Gobiernos de Europa por el círculo vicioso que su indiferencia pone en marcha: si los afectados por los ataques islamófobos no perciben que las autoridades vayan a tomar en serio las denuncias, éstas dejarán de tener lugar. De momento, la organización británica Tell Mama! estima que sólo el 60 por ciento de las víctimas pide ayuda a las asociaciones especializadas o a la policía. Y las autoridades no pueden penar los delitos que no conocen.
Estas organizaciones se esmeran en persuadir a las comunidades vulnerables y a sus miembros de que denuncien los ataques físicos o verbales islamófobos para poder cambiar la actual situación, sobre todo cuando estos tienen lugar en la calle. "El procesamiento penal de las agresiones perpetradas en Internet es mucho más limitado y sólo suele ser efectivo cuando las víctimas son personalidades populares. Lo cual es injusto porque quienes más ayuda necesitan cuando se les insulta en las redes sociales no son los famosos futbolistas musulmanes, sino los usuarios comunes y corrientes", comenta Fiyaz Mughal, director del proyecto Tell Mama!
Autores: Bernd Riegert / Evan Romero-Castillo
Editor: Diego Zúñiga