UE - América Latina ante el reto de las regiones fronterizas
9 de octubre de 2018"Hasta hace apenas 20 años, en América Latina veíamos las fronteras como muros que separaban a los países, marcando también diferencias en su manera de desarrollarse. En esa visión había un componente militar y geopolítico”, dijo a DW en Bruselas Juan Del Campo Rodríguez, director de Integración y Desarrollo de Fronteras del Perú.
"Ahora entendemos que el desarrollo de un país está estrechamente vinculado al del otro. Cuanto más próspera sea la región vecina, más próspera va a ser la propia”, agregó el diplomático peruano.
En esta XV edición de la "Semana de las Ciudades y las Regiones” se presentaron proyectos orientados al desarrollo de regiones fronterizas latinoamericanas.
¿Por qué? Este tipo de cooperación, acordada entre la UE y los países de América Latina y el Caribe en 2015, se ha materializado en INNOVACT: proyectos en la fronteras entre México y Guatemala, entre Ecuador y Colombia, entre Perú y Chile, entre Perú y Colombia. También en INNOVAL, consorcio orientado a promover políticas de descentralización en Chile, Argentina, Perú y Colombia.
Fronteras vivas
"De la región de Arica, anualmente, cruzan a Perú unos 7 millones de ciudadanos chilenos. Estos vienen de una región que es cada vez más próspera. Van a Perú a consumir, por ejemplo, servicios médicos y odontológicos que son más baratos que en su país”, explica Del Campo.
"Estamos hablando de una frontera viva. Este turismo no tradicional hay que saberlo gestionar”, agrega.
Por otro lado, las poblaciones a ambos lados de la frontera comparten los desafíos que plantea la aridez de las costas. "En un centro de innovación en el que participan Arica y Tacna se trata de lograr mejorar la productividad de ciertos cultivos con menos agua”, añade.
Innovación, la clave
"Innovación se equiparaba antes a una tecnología, a mejorar un producto, nuevas empresas. Ahora se entiende como mejorar también la calidad de vida”, explica por su parte a DW Silke Haarich, especialista en estrategias para el desarrollo regional y directora de INNOVACT.
Los 25 años de experiencia europea en apoyar el desarrollo de sus zonas fronterizas constituyen, así Haarich, una herramienta exportable. "También como una manera de mantener la paz en esas regiones”, subraya.
Por ejemplo, en los proyectos entre México y Guatemala –una región marcada por la violencia- se trata por un lado de mejorar la producción agrícola y, por otro, de generar energías renovables.
"Para ese caso, una región en Dinamarca muy avanzada en energías renovables y con una gran plataforma tecnológica de agrofood ha compartido su experiencia”, cuenta Haarich.
En el caso de la región amazónica, fronteriza entre Ecuador y Colombia, "promovemos no solo que haya turismo, sino el desarrollo de productos transfronterizos. El turista no percibe la frontera como tal, le interesa hacer rutas binacionales, por ejemplo”, detalla Haarich.
A las experiencias latinoamericanas presentadas en esta Semana Europea de las Regiones seguirán, muy probablemente, muchas otras. Hay en este momento 14 acuerdos de cooperación de este tipo firmados con países latinoamericanos.
"Con 7.400 kilómetros de fronteras, y con 9 de sus 25 regiones fronterizas con escasa presencia del Estado y amplia dispersión de la población, y con presencia de actividades ilícitas…. para Perú la atención de esas regiones constituye un gran reto”, concluye Del Campo.